Gustavo Salazar A
Escasa y despreciada, muy anhelada eres.
Agua, bandera de partidos,
de bandidos altiva cartera.
¡Agua! ¡Agua! Para almas estropeadas.
En tinacos derramada, de llaves en tropel,
de veneros con lodo untada,
en calles dañadas, en burlones borbotones.
Agua aplaca mi sed, ante de sed muera.
Cuando faltas, oro es tu falta;
gratis no obstante en tuberías.
Qué sería sin ti la vida, puro polvo tal vez.
Pálida, amarilla, rojiza, agua canija
en torrentes ya no, a cuentagotas sí
escapas sin pudor siempre de mí.
domingo, 9 de agosto de 2009
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