Gustavo Salazar A
De qué sirve a Jesús
por nosotros la cruz,
desechar al “hombre viejo”
y dotar a ciegos en la luz
de camino venerado,
si del madero
todavía no ha bajado;
en silencio su sangre derrama
como banquete
a los Judas de siempre,
amos de trinquetes
a granel y sin rubor,
sin distingo de mañas
ríen su mala fama.
Cual Mesías de oropel,
el dominio del mar y el cielo
al amparo de gesto fiero
y la mano repleta de dinero,
la distancia de la cruz
es su defensa;
en ofensas y tropelías
ignora las profecías:
¡Al pozo el marrullero!
Sólo el amor es capaz
de sufrir y dar sin condición,
como Jesús en muerte atroz
es dolor, y salvación
de quien su Ley es miel
y con su propia
carne propala el perdón fiel,
como Jesús aún en la cruz.
martes, 18 de octubre de 2011
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