Gustavo Salazar A.
En majestuoso acto de amor
el Hijo de Dios hecho hombre
muere por nuestra Redención,
en circo de siempre el flagelo.
Sin alegato cumple Jesús el mandato:
cordero en lo alto del madero;
resucitado, profesa en luminosa Iglesia,
de Pedro, santos y fieles la custodia.
Se propala la fidelidad a Cristo,
pero en dulce y clara habla pulula a modo
la poderosa y sabia Palabra.
Mas el cuerpo, como perlas el reparto,
como su manto a los dados la suerte
al pie de la Cruz, en Jesús resplandece.
jueves, 21 de junio de 2012
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