Gustavo Salazar A
Mis pasos torpes con aceras
chocan a mi primer tontera;
por años rotas, como mis oídos,
como mis cansados ojos
que leen lo que no ven, esas aceras
son para mis pies males en manojos.
Aceras bañadas en mugre a madres,
sobre ella los autos, ultrajadas,
trampas fatales al libre y fatigado paso,
aceras vitrina, taller, aceras cochera.
Cuido mis pasos para no caer
en sonoro ramalazo y de mi esqueleto
un rompecabezas se pueda hacer.
El vértigo y la sordera de mis pasos
los pies apuran despacio
para llegar a ningún lado con mucha pena;
mocho de una pata o ajada la vida
por una Urvan loca, es la congoja.
Encamino los pasos deprisa
hacia una banca y mi meta es no desfallecer.
Ya sentado sufro los miles de coches
tras la gente sádicos correr.
Toro fiero, suculento del diario estrés.
viernes, 20 de noviembre de 2009
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