Pesares de la Pelona

Pesares de la Pelona
Gustavo Salazar A.

Ya regresa la Catrina a su osario decepcionada.
De su carga, muchos muertos se queja nada.
Los legisladores sí le causan un gran penar:
Les doy mi total apoyo y luego salen
con su rollo que impuestos por mi calva
ipso facto y en dólares tengo que pagar.

Aquí en las tumbas espero sentada a Mario,
sin importarme fríos ni hambres ni adelgazar.
Es mi falta de peculio. Con qué le voy a pagar.

¿Y si le llamo a Fermín? Capaz que me cachetea.
Con Esteban es perder miserablemente el tiempo.
Mejor le doy el sí como querida a Sofío,
aunque sé bien a qué le tiro: parida y en el olvido.

Ni para ir con doña Alicia. Con sus afanes estetas
capaz y me envía al relleno de nalgas y tetas.
Preferible es vender por kilos mis huesos:
¡Sin recurrir a los fantasmas del gran queso!