Gustavo Salazar A.
El muy señor gruñón
don Rubén Padilla Fierro,
el primer garañón
inquilino en Salud Guerrero,
tiene un tic fatal
y requiere para su cura
píldoras de amor total.
Pero su otoñal fachada
de las muchachas le aleja,
no obstante gana fama
de primaveral galán,
y con sus dotes de histrión
en sus cintas triunfa y brinca
al estrellato como novel
porno de ornato,
y hasta eso ¡un rato!
Incursionar de ese modo
en el gran mundo del teatro
oficialmente cruel le es;
eso explique tal vez
su forma de ser procaz
con aquellos que cree
tener untados a sus pies.
Caro le saldrá el dislate
al jefe de Salud very gud:
le pueden quitar la silla
y con ello quedar sin fierro
para marcar las vaquillas.
miércoles, 17 de febrero de 2010
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