Gustavo Salazar A
De los “ríos de leche y miel” soñados,
de los “ríos de arena y peces de oro”, qué…
Nos basta el Huacapa que corona el desencanto
y el mañana ensombrece con su caudal escarlata,
Satán de nueva vida, de ayeres domeñada.
Embrión que se asoma arrogante,
emerge con fuerza y no sabemos qué será.
Dolor, sangre y lágrimas, irrenunciable herencia es;
enorme y brutal semilla.
Omnipotente marca su presencia con arrojo;
ululan como hormigas incontables, imbatibles.
Vientos de lamentos por lo que se va,
por lo que se fue y no retornarán
con clamores de paz.
miércoles, 24 de febrero de 2010
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