Gustavo Salazar A.
Cuantos amigos,
turistas de un sólo
boleto el viaje
y de manta o seda
como único traje,
sucumben en puntual
rito, relevo
al singular marino
que la magia de la vida
le abrió el camino.
En latón o madera
presiden la marcha
triste hacia las entrañas
en paciente espera
de la madre tierra,
o las caricias de flamas
que calcinan prefieran;
ambas de igual manera
al reino donde el polvo
tarde o temprano llegan,
es el único que impera.
Nada se llevan,
que no sea en pedazos
o de tajo, insalvable
abismo más hondo
que mar y cielo
juntos la pena,
rotundamente
de la familia aleja.
El misterio eterno
retumba: ¿de la carne
el destino como paloma
alza el vuelo? ¿o tres metros
bajo tierra banquete es el alma?
deviene en eso la grandeza
humana, mancillada a placer
por voraces gusanos,
en gusanos renacer.
jueves, 25 de marzo de 2010
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