Gustavo Salazar A
El gran festival de la locura,
de príncipes y profetas
que cortejan las estrellas
con pasos como cuchillos,
conversos sin fe
o de la misma capilla,
desdeñan los plazos,
y eficaz tintorería
es el confesionario
en lavado de cofradías.
Sin la causa de Jesús,
con vehemencia claman
en un poste
iluminar como cruz,
mas en tinieblas
y en despoblado
a esa presuntuosa luz
arrasa el rayo
y el ídolo de barro,
a dos fuegos el vasallo.
De lo suyo, mártires,
abrazos y muecas de arte,
aire de la dolorida tierra,
con palmadas y saliva
del humo al rescate,
palabras en ayuno
como taco en choza,
paja que se lleva el viento,
siempre el mismo canto,
siempre hasta la muerte.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
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