Gustavo Salazar A
En la Suprema Corte son venerados
sus ancianos magistrados, ya por ser
muy chichos en eso de las leyes
y muy duchos en vivir como reyes.
Sin embargo la crisis les plantea
de ajustarse el cinturón el problema.
Y no es a causa de sus tallas holgadas
sino de los veinte mil pesos diarios
que ganan como país de millonarios,
y de recortes quieren padecer nada
en su exacción longeva a la nación
jueves, 17 de septiembre de 2009
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