miércoles, 11 de abril de 2012

Mi retorno a casa

Gustavo Salazar A.

Eres el amor que jamás por mí
será bien correspondido,
a pesar de que mañana y noche
mi fervor se consume en ti,
no me alcanza la vida,
acaso un suspiro en la tuya
para que te honre
y gloria sea tu nombre,
con zafiros y diamantes
en las serenas olas.

Un rizo de tu cabellera
en la desdicha de no atrapar
como al rayo la vista
tu rostro con los ojos plenos
en el reposo del cielo, es alegría.
No imagino rozar tu mano
ni siquiera en la angustia
de perder tu calor, sería fuente divina.
Si infiel a tu boca soy,
de culebras y sapos mi hartazgo.

Mucho tiempo de ti me alejé,
refugio de mis brazos fue sin luz,
mas ardiendo en mi propio fuego
imaginé como aire tu presencia
y como perro sin dueño deambulé
hasta que caí al abismo.
Un futuro fiero percibí.
Sin embargo tomaste mis brazos
de clamor al Padre justo y bueno.
Gracias, Señor, en mi retorno a casa.