lunes, 23 de mayo de 2011

Sacrificio del ciprés

Gustavo Salazar A.

Fresco de cabeza a pies,
de verde alegría y lleno de vida
esbelto ciprés,
aún ayer tu sonrisa y picardía
es goce de niños y ancianos
en sol de mediodía;
suaves manos tus ramas,
cobijo de rayos,
refugio de besos y abrazos,
placidez que renueva las fantasías.

Tristeza hace rato refleja tu primavera,
gallardo cadete, joven pinito;
era alegría en tu follaje
el baile de parlanchinas aves,
azoro los entrometidos roedores
en el alpiste como gloria
y pena el ceño de almas
todas guerra, con aires de santas,
sin dar de beber a pobres
que mueren de sed.

Tu dolor callas;
la herida asoma en tu talle,
en vano oculta la quieres
si el rocío son lágrimas de fuego;
te quema el odio que un inmundo
untó en tu gracia, celoso
de tus guiños con el cielo;
se desliza el vil en silencio,
lazos son sus brazos tras las sombras
en su afán de atar el viento.

Masculle, maldice y hacia arriba escupe;
su saliva le llaga la cara,
la envidia es lumbre
y los dientes le chillan pestilentes,
y el canto del viento celebra la vida,
la alegría florece y los árboles en danza
ensalzan el triunfo sobre sueños
como amos del mundo
con sus metales e ilusiones:
lúgubres de corazones.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una gota de rocío.

Gustavo Salazar A.

Fresca y dulce llegue
una gota de rocío
a los pastos tristes;
sea eterna, lave odios,
los rencores purifique
y retoñe vigorosa la armonía;
la paz en los corazones
nunca más huya aterrada
como presa de leones;
triunfe sobre el hielo la vida.

La dulzura de esa gota
borre las imprecaciones
de las bocas de fuego y ajenjo
en su lastimoso pulular;
sin sosiego,
en llamas aquí y allá
sus dentelladas escarlatas
anegan valles y veneros;
abundantes las cosechas
en sales y soledad, el trofeo.

Esa gotita,
en el camino de brasas
penetre honda y fresca,
y más que esperanzas
broten de sus cenizas
dalias, jazmines y rosas
que esparzan en sus arrullos
la gracia de Él como forjador,
sobre todas las cosas,
de la civilización del amor.

viernes, 6 de mayo de 2011

Cenicienta en desgracia

Gustavo Salazar A

Entras a Palacio
con la sonrisa ancha,
por la puerta
que de par en par
abre, revienta
la fuerza popular;
en las nubes está tu gloria
y en tu mente la guillotina
contra el que te encumbra
como esperanza en la cima.

Y sales,
no como las chachas;
el balcón saltas
en el ocaso de tu mandato
quince para las doce,
como Cenicienta
que huye aterrada
de la condena soberana,
que el pedigrí quema,
al destierro, en desgracia.

martes, 3 de mayo de 2011

Mi ciudad está triste

Gustavo Salazar A

Mi ciudad está triste, muy sola;
muda, con la boca cosida con espinas
para que sus alaridos
no huyan a tierra fantasma;
estén como úlcera en la garganta herida,
o en refugio en su íntimo drenaje
en duelo de añoranzas y fantasías.

Entre lamentos y espantos,
y sombras de púrpura vestidas,
la ciudad se apaga
como a Egipto Yahvé con feria de plagas;
el fin de los tiempos,
tiempos sin fin, funestos;
la espalda al Mesías,
el culto a la arrogancia, la culpa.

Si tus palabras son mares, cielo
y montañas, esfuma ya esos males;
la misericordia también
es tu gloria, Jesús,
salvador de los necios mortales
con tu perdón desde la Cruz;
sufres al ver que tu obra sucumbe,
muchas veces ante la furia,
otras con monedas de lumbre.