miércoles, 22 de diciembre de 2010

Fantasía de luna

Gustavo Salazar A

Por una rendija de la luna me mirabas
y mis ojos los tuyos sin buscar atrapan,
y a ambos el inasible sabor del cielo
al instante sus luces ciegan.

Beber veneno en tus besos,
tus espinas, dulce que no empalaga,
tu flor, embrujo que aniquila;
tu ausencia, fantasma que come el alma.

Escarpadas montañas tus mieles, a sorbos
o a dentelladas, de lumbre como lengua,
con dientes y faldas escalan.

En la cima con garras de furia es planta,
revive con viento frío, sin quebranto,
y se regodea en su fantasía de luna.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Víboras cuesta abajo

Gustavo Salazar A

En hervidero de males,
víboras untadas al fuego avanzan,
inquietas, en desierto de lunares
al encuentro de la noche larga.

En su lastimoso rodar
se entrampan cuesta abajo
en fango de inocente rostro,
y chillan como gatos en altamar.


Al vacío sin saberlo,
en noche huérfana de luna,
con sangrante y rugosa piel se acercan;

ríos de piedra impiden al torrente
un beso de refrescante brisa,
y lo funden con la muerte.

lunes, 6 de diciembre de 2010

In memorian

Gustavo Salazar A
A doña Arcadia


En tu estrecha morada
de cara al cielo abierto,
tapices de flores y trinos de aves
en valle de olivos miman tus sueños,
viajan en humo, en alas,
como suspiros, como besos,
en los corazones anidan.

Una mañana tierna fuiste ave,
al azul en vuelo, sin truenos,
rauda esparciste
de años sabia tu alma;
de lágrimas de espino la pena,
en los fríos, tu alegría y el esfuerzo
honran el recuerdo,
tu presencia crece cual palmera
que desde su trenza divisa
lo fecundo de su huerta
y el contagio de su risa.

Con suaves silbos árboles guardianes
valsan en tu bienvenida
y te acunan raíces de terciopelo
y estrellas y la luna te arrullan;
reposas tranquila como lucero
que desde lejos, desde el regazo
de la tierra, cada día más brilla.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El pendón

Gustavo Salazar A

Allí va la fiesta,
con bosques de pasos
que labios de fuego
la apremian,
vibra la enorme faena
por el año que termina
y al nuevo la alegría
sin regateos desde el cielo
hasta San Mateo ilumine;
carnavales infernales
malas pesadillas sean,
ausentes por siempre.

Gritos que se estrellan
en el vacío, vértigo
que pasea como
sombra ebria con recelo;
agobio de tinieblas,
la penumbra es día;
cascadas de magueyes
liberan alas de fantasías
en arco iris de temores
cautivas.

Sudores y alcohol
en portento de festival
de máscaras y flores,
evocan tormentas de sol
sin mengua de sonrisas
del campo hoy trizas,
que forja tenazas de acero
en caminata de algarabía.

Tu vergel agoniza
de burla el alma;
te sabes lastre
y gloria de reyes,
te sabes volcán,
que en tu seno
acumulas como granada
que abre y arroja,
a veces generosa,
a veces desalmada,
pasión desbocada.

¡Pendón!, si trastabillas
flagelado por lluvia
de incesante fuego
o por besos del elixir
que alegra el corazón,
no te rindas, por favor,
y haz de tu fiesta una miel,
al paladar un dulce sin colmar
de ese gran festejo
que en Chilpancingo
perdure popular