martes, 20 de diciembre de 2011

Derrota del corazón

Gustavo Salazar A

Astillas en hilacho de alma,
no hielo de ardiente frío
pasma la cara.
La desfigura el dolor
en marasmo de calosfrío
y el azul de los rayos.
En trapecios de baba
la gusanera se mece
en piscinas de pus.

En seda se afana
vestir de alegres aires
el flamante retrato,
en vano:
cascadas de estiércol
en sus entrañas.
Caverna brutal
sin descanso,
la frente desagüe.

En cada palabra, en cada gesto
y en apuro del paso lento,
escurre ocre de alma,
voluminosa marca.
Éxtasis al reciclarse
el rencuentro de sí mismo,
confundido en valía
de ropas y aromas,
esencia de quien la porta;
del corazón la derrota.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El justo juez

Gustavo Salazar A

A diario lo miro
pero no lo tengo,
extravío mío es.
Canto en su templo,
bailo a su alegría,
al son del dinero la mía.

De Él estoy muy lejos,
aun con golpes de pecho
la lumbre en la lengua
hiere a cada momento.
Mis ofrendas,
cicuta en contra mía,
ruegos a raudales
de bienes de males.

Con sacrificio de papel
del cielo quiero la puerta.
En el trasero el puntapié.
A fuego lento en el averno,
en tacos mi intento
sobornar al justo juez,
hacedor del cosmos
el amor de su voz.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Guardián del universo

Gustavo Salazar A

¿Acaso nunca duermes?
En tu reino el sol y la luna
sin pausa a la vez.
Esa es tu jornada.
Mil años una fantasía,
un día nada.

Como confeti tus dones
en alivio sin demora.
Oscura la mirada
en lo claro.
Sed de la noche el rayo.
Tolerancia y bondad,
sendero de sabios.
El ego, de necios vanidad.

El mundo de amor y paz
se desgarra, desangra
de pena la Palabra.
La mano, filoso puñal.
Estocada el cordial abrazo.
Y si un beso,
labios melosos
abren como flor.
Cual tobogán
la lengua es fuego:
Contigo bendito Dios.
Pero ruge el corazón:
la maldición te persiga
como fiesta de muerte.

Doblez de estrellas,
la casa ensombrece.
La tiniebla amenaza.
Ni cenizas deja,
la fulmina el resplandor.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Juicio al extravío

Gustavo Salazar A

Mar, cielo y tierra
forjas para nuestro gozo,
esplendor de sol y luna
el cristal azul
de olas y estrellas,
canto de aves
y árboles imperiales arrulla,
honra y gloria de tu nombre,
excelso arquitecto del paisaje
de turquesas y diamantes.

Mas al inmenso placer
pesa el pesar de los vientos:
las aguas infectadas,
bosques como caña en desierto,
hilachos de nubes,
sangre y lamento los ríos,
ciudades, cáncer de vientre
laceradas de gases,
reflujo incesante,
del cielo el juicio al extravío.

Vanidad, egoísmo, arrogancia,
atropellar al semejante,
de oropel el pavimento
rumbo a un trono
con cetro de papel,
gula de poder,
ojeras de codicia,
al suelo da ese rey,
un soplo, y vil polvo es:
caramelo a la inmundicia.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Amor de ave

Gustavo Salazar A

Palpo, sin verte,
en el corazón o más allá del sol,
tu majestuosa
presencia deleite.

En tus alas me cobijas
y los rayos luz al andar,
si tropiezo no caigo
y si caigo, contigo salvo.

Tu generosa mano
aunque trueno,
intenso amor de ave,
asilo suave.

De noche o de día
se estrella el temor
en el cálido amor
de ave, de Ave María.

viernes, 25 de noviembre de 2011

La rabia

Gustavo Salazar A

Caras sin rostro, al mayoreo el miedo,
prestas a destrozar la ciudad,
todo, sí, todo, sin dejar ni el polvo,
sólo su insaciable hambre
y fresas amargas como
rencor en sorbos largos.

Como drenaje de chatarra y chelas,
de babas y mugres y miserias, glotones,
sesos embarrados en ajadas banquetas
cual cucarachas en fogón de bar,
de artesanos en lienzos
de sal y gladiolas la obra.

La rabia barre calles y mercados,
todo traga y vomita sin cesar,
almas que vagan sin mañana,
almas de su alma ausente,
almas pignoradas con la muerte.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El Torbellino

Gustavo Salazar A

Soy el torbellino que su paso
destroza semillas y raíces,
fuertes emergen empero
y respuestas esperan
no sean de viajero,
y nada deja el vendaval
que no guarde en un baúl
que es mancha a la luz;
sin retorno ni meta
el laberinto es sendero.


La espesa bruma
como noche sin luna
ni palpitar de estrellas
ni en extravío
luciérnagas,
semblante de alegría,
mas los ojos caídos,
muda la carcajada,
palabras como ácido,
corazón sombrío.

El torbellino titubea,
en sus redes se enreda,
del foso la mano que clama
en roca lo levanta,
la zozobra es gozo,
como paja el viento aleja
mansa la tormenta,
la luz resplandece,
renacen flores y aves;
pero el odio la pradera quema.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Penas, delicia a la eternidad

Gustavo Salazar A

Como si del cielo el techo se desprendiera,
revienta en estelas de sangre,
es proclama de masivo duelo,
cosechas de cementerio ambulante;
ni la lluvia ni el rosario limpian la gusanera
que carcome manos y olivos
en trote de la glotona muerte,
su rumbo es desolación y locura,
es lujuria de rompecabezas el hedor,
como pan del día el hambre de terror.

Sin cansancio la inasible codicia cabalga
por todo lo ancho del camino,
la montaña es el rostro de alevosa su rapiña.
De dónde brota. Qué importa.
Se ignora si alguna fecha culmina
porque como Juan, el mal dondequiera
con garbo se pasea sin freno del tribunal.

La luz vendrá no de hombres
tocados por las flechas del inane Cupido,
vendrá del fuego que calcina hasta las uñas
y lentamente cocina la pena en llamas
como postre de alta sociedad, delicia
de fastos y desparpajos a la eternidad.

Siempre el mismo canto

Gustavo Salazar A

El gran festival de la locura,
de príncipes y profetas
que cortejan las estrellas
con pasos como cuchillos,
conversos sin fe
o de la misma capilla,
desdeñan los plazos,
y eficaz tintorería
es el confesionario
en lavado de cofradías.

Sin la causa de Jesús,
con vehemencia claman
en un poste
iluminar como cruz,
mas en tinieblas
y en despoblado
a esa presuntuosa luz
arrasa el rayo
y el ídolo de barro,
a dos fuegos el vasallo.

De lo suyo, mártires,
abrazos y muecas de arte,
aire de la dolorida tierra,
con palmadas y saliva
del humo al rescate,
palabras en ayuno
como taco en choza,
paja que se lleva el viento,
siempre el mismo canto,
siempre hasta la muerte.

martes, 15 de noviembre de 2011

Recolectora de rencores

Gustavo Salazar A

Con voz de cuartel
y de caporal los modos,
como viejos trapos
a pobres y empleados
de la licenciada el trato,
con ínfulas de oro, cobre es,
gruñe y araña
y en muchos es rabia,
de ella seguro el mañana
como recolectora de rencores.

Justo cuando más se contonea
por sus muchas osadías
en la cartera de inertes
por insultos y blasfemias,
la apachurra su mala suerte;
la llama la fresca mañana,
la regaña suave aunque fuerte,
pero un privilegio le concede:
de hinojos y sin mechas en la cara,
brinde a todas horas por mi señora.

Tal como ante ella
los pobres y viejitos,
la altiva se retuerce
como langosta en la olla
con sorbos a poquito
de su ardiente sopa,
un trago muy amargo
al ladino y ampuloso cargo:
la cerviz dobla, la mano lame
pero luego busca abajo desquite.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Festín de sapos

Gustavo Salazar A

Sudores,
polvo de calles,
de angustias
y de horas
que deshabitan días
y días soles,
las noches
en cansancio
hacinado certifican
ira de descalzos.

Hermano es tu nombre,
tu mano morena balbucea
en reuniones de fantasmas
y domingo de tambores
con trompetas de alerta
y el sol a plomo
en espaldas rancias;
del anfitrión y sus primores
garrapatas en fiesta,
exhausta la sangre, copa llena.

Hacedor de fobias
y fuertes dolores,
rapiña creces,
cual araucaria te alzas
y abres los brazos
en gracias al cielo,
tu codicia crees favorece
con palacios y Bancos,
grave hieres la sopa,
festín de sapos.

De babas sirves el plato,
rapiña concibes males
y generoso dices el trato,
alumbras lluvias fecales
y en la Bolsa las resguardas
como valores muy familiares;
viandas que relucen
en sus banquetes
donde la risa es fea
y gracia los trinquetes.

martes, 8 de noviembre de 2011

Retumba la algarabía en el silencio

Gustavo Salazar A


Retumba la algarabía en el silencio,
desarticuladas caen al abismo
sin sonido ni ritmo las palabras,
como cuchillo es el bullicio,
de sordos y mudos la charla;
todo se ignora porque se sufre
de la rabia que paraliza el habla,
de los faros de duelo fiero
y del barro mengua paulatina,
de tumba inevitable letrina.

La tiniebla funde la noche con el día,
densa como mortaja
que lo desvalija de su alegría;
entre sombras la ciudad se desliza,
agoniza en la desesperanza
el cuento de sesos trizas;
carcajadas de colmillos acedos,
el aire desvanece con su aliento,
de manos ajenas la fatiga,
de burlas el estruendoso canto.

Hasta las piedras sudan frío al oír
de hambre los gruñidos del faldero,
el estómago vacío entre más repleto
insaciable de lodo y de lumbre
escupe ciego la hiel que lo ensalza,
sentado al trono en fuego
en vano espera de su sed calma;
espera que le arranca la piel
y lo adorna con perlas, oros y sedas,
de majestuosos gusanos el taco.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La agonía de Jesús

Gustavo Salazar A

Con golpes de pecho
y recital de Padrenuestros
se intenta extraer los clavos
de Cristo Jesús,
si nuestra boca lo ata
a estancia perpetua en la cruz;
espera de las espinas y las flores
concierto de besos
y miradas sin congoja,
pasos firmes sin horas.

Su sangre nos quema
como a Judas las monedas,
agoniza en lo claro del día
la luz del duro reclamo:
falto de alegría la caridad;
despojada de su fortaleza,
festín de hienas en brama
devora a mansalva,
desangra la humildad.
¡Orgía de patrañas!

Sol del Sahara, luna triqueña,
la alfombra de seda
su casa pretende la diferencia,
la serpiente su modestia,
la pompa estraza de papel,
como amor el vituperio,
y cautivo en su propio engaño
en la jaula del delirio
el mundo gira a sus pies,
humos de profundo caño.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Calaveras

Gustavo Salazar A

Silvia Romero
Muy turbada anda la jefa de la SEG,
trae los santos al revés, y a nefastos
de pie que ya la cuelgan en las rejas,
son los escultores de la porquería,
y la muerte con ascos mejor se aleja.

Congreso local
De “puente de muertos” cinco días
descanso en el Congreso poco es,
si miran el “Mezcala”,
ese de la autopista cara y mala,
los señores de leyes de saliva
un siglo de hueva
en sesión de fantasía.


Rumbo
La muerte llega por Rumbo
pero la vida le perdona;
a los migrantes deja esa lata,
y al rey del 3X1 noquean,
y ahora va en tumbos
su sacrificio por Acapulco.


SEDER
El que no transa no avanza,
grabó con cantos de victoria
la Pelona en la SEDER,
oficina que se afana al erario
y a pobres toda la savia
por una migaja joder.

Alcalde de Mochitlán
Se cree inmortal el edil de Mochitlán,
desdeña a sus regidores y al Tribunal,
por esa causa la Calaca
lo corona emperador del Huacapa;
diestro nada en esos lodos,
su silla presidencial a modo.

lunes, 31 de octubre de 2011

La sonrisa del sol

Gustavo Salazar A

En la fruta madura se regodea
la sonrisa del sol,
en la jugosa pulpa mira
la mitiga de su sed,
la desea como agua el fuego,
lumbre en esa fuente o no ser.

La pulpa lo embruja,
blanca, roja si fundirse
en abrazos lo permite,
o con mordiscos la calma,
le carcome el retraso
en los manteles del ocaso.

Delirio el sabor de la carne y miel,
la delicia perdura
como del niño la caricia
y los mimos de la flor,
esparce la fragancia
y fecunda en calor y brisa.

Brota el amor de cálidos destellos
en el trigo, uva y olivo,
y en verdes pastos y frescas aguas
el zarandeo al olvido;
el amor que más da
jamás extingue su flama,
si en el perdón florece retoña,
y más rico al dar más, siempre será.

jueves, 27 de octubre de 2011

El celo de Pedro

Gustavo Salazar A

De pasos de oro el desfile,
va uno, va luego otro…
como escalera tejida de nubes
hacia la gran residencia el sueño sube.

De fortaleza de cedro el guardián,
imposible doblegar el celo de Pedro;
si puede el dinero, allane ese reino,
como Calígula corone al tierno.

En la corte se ven los infantes
en matatenas con las estrellas,
con excelso manto, capa de diamantes.

Choza le es el universo entero,
agoreros y piratas su acero,
mas una breve brisa su quebranto.

domingo, 23 de octubre de 2011

Doña Kata

Gustavo Salazar A

Doña Kata Clismos es muy ducha
con la viperina de setenta filos,
con ganas de pulir el brillo
honras disuelven veneno por kilos
sus verdes colmillos,
la nutre su delirio como drenaje
de colonias y mercado al Huacapa el viaje,
pastel de su mortífera elocuencia;
pero en casa tiene la revuelta,
el nieto a la abuela Kata advierte
colocándole un dedo en la frente:
en tiritas de la raza el llanto,
por mañas y tacañas, la sentencia.

Como Kata conoce lo agrio de su gente,
hierba que la maleza escarnece,
se turba un segundo, pero aviva el fuego;
cree que el cielo no escucha
la espada que mata en el vuelo,
goza la espina que seca el alma,
saliva que fulmina, entume su beso
con mimos y dulces,
puñal que clava cordial a tres pasos
de la agria miel con abrazos.

Se le revierte con furia la filosa,
le pica los ojos, los fríe,
un tajo los colmillos destroza,
la boca cuece, el chisme viste de luto,
como a caña el machete
esfuma el pelo ralo,
escapan gusanos cual néctar nasal,
de los senos brota el alimento
que de los bebés no fue,
hiel incandescente el torrente;
inerte queda doña Kata,
luce larga cascada de baba,
su cuerpo escupe veneno,
preludia entrada triunfal en el averno.

jueves, 20 de octubre de 2011

Voy a recuperar las alas

Gustavo Salazar A

Voy a recuperar las alas,
a los riscos el retorno,
con plumas de paja
sin miedo al vuelo,
renacer en la turbulencia
es conquista del cielo.

Como ave que al sol honra,
vivaces giros la delicia
de arco iris y risas,
de trinos al irrumpir
en la maltrecha fiesta
que anima con serenata la luna
con guiños y luces de coqueta,
sin fundirse con el sol,
amante perpetua
de impasibles rayos.

La salpica la espuma de las olas,
y la serena,
y se redime al iluminar
con las estrellas el sabio silencio
del inexpugnable y dorado lienzo,
de ardientes besos
discreto en el mirar.

No basta con alzar las alas
si con grandes aires se escala,
la trampa es de las nubes
que llevan a donde no se va
y ata el vuelo con fajos de locura,
a sabiendas que las cadenas
jamás serán a la Palabra atadura.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Alvino, el repartido consentido

Gustavo Salazar A

Dejas en la mano besos
y ruegas de rodillas
el perdón de Dios,
ligero de equipaje
y lleno de risas
como niño en intento
de encubrir alguna diablura,
apresuras el viaje
a la isla de las estrellas.

Tranquilo de conciencia
en las nubes cantas tu arribo:
llega el repartidor consentido
de los sueños, las aves
y del gran Baco,
de chelas y botanas
la barriga llena
y grescas que peinan las greñas
en verde de jueves
con el jefe Beto.

Visita la luna
y cuéntale que de hienas
es la fiesta en la tierra,
las sombras reinan
y brota la sangre
como agua en la boca de pena,
porque el mal se pasea
y pudren de la casa los lazos.

No se te ocurra
con la luna amoríos,
róbale un momento su brillo,
que ilumine tu cara
y que de la noche a la vida
como primavera al otoño,
sin querellas, sin reproches,
el retorno de la alegría.

martes, 18 de octubre de 2011

Aún en la Cruz

Gustavo Salazar A

De qué sirve a Jesús
por nosotros la cruz,
desechar al “hombre viejo”
y dotar a ciegos en la luz
de camino venerado,
si del madero
todavía no ha bajado;
en silencio su sangre derrama
como banquete
a los Judas de siempre,
amos de trinquetes
a granel y sin rubor,
sin distingo de mañas
ríen su mala fama.

Cual Mesías de oropel,
el dominio del mar y el cielo
al amparo de gesto fiero
y la mano repleta de dinero,
la distancia de la cruz
es su defensa;
en ofensas y tropelías
ignora las profecías:
¡Al pozo el marrullero!

Sólo el amor es capaz
de sufrir y dar sin condición,
como Jesús en muerte atroz
es dolor, y salvación
de quien su Ley es miel
y con su propia
carne propala el perdón fiel,
como Jesús aún en la cruz.

jueves, 13 de octubre de 2011

Ojos como mar

Gustavo Salazar A

Ojos como un mar sin olas
atrapados en su hastío,
brillo de reproches,
alarido que cae de agobio
al huir la noche
en saciados baños de sudores
de sus muchos sueños,
olivo y cadalso,
indigesta que petrifica
pero devora mi reseca boca.

Manantial en tierra árida
reclama fuego para avivar la flama,
fuego para aplacar el incendio
de la tormenta que desgarra
sin perseguir la detestable calma,
cuando se goza la angustia
de las ausencias largas
como pan en mesas de nada,
de fruta de náuseas,
del vino, contumaz nana.

Embriaga el desvelo como bilis,
alerta las manos en vigilia la carne,
delicia del pecado, baile y canto,
de armas el despojo
en un abrir y cerrar de párpados
sin aires de ningún enojo;
el viento deshoja la rosa
y el ajenjo impregna la rutina
de cervezas y vómito de egos:
excelsas cátedras de letrina.

martes, 11 de octubre de 2011

Gracias Padre

Gustavo Salazar A

Gracias Padre:
la elocuencia de tu Palabra
en la tiniebla es luz,
sonrisa la sombra,
en los abismos manos,
calma en aguas bravas
y refugio de alma atribulada.

Tu presencia vasta y generosa,
dispuesta al fértil sendero
del pan y la concordia,
con brillos y manteles
de rapiña y oprobio
la codicia tuerce,
mas tu aliento crece,
se expande el universo
y el viento advierte
el brote de la nueva era,
de fuego del cielo que fulmina
telarañas de acero.

lunes, 26 de septiembre de 2011

La pizpireta

Gustavo Salazar A

De galleta en galleta
brinca al refresco y al café,
o al Kino Padre vino
armada de vaso de unicel,
en servilletas de papel
hurta torres de canapé
la pizpireta,
el meloso elogio a cofradías
de lectores o de prensa
le abre puertas a las fantasías.

De intenso cabalgar
y de halagado trote,
la sonriente Queta
de curvas de cafres delicias,
en bajada se desliza aprisa al volante,
mas ahoga en sus aguas doradas
a los que nadan en esas caricias
con más y más, sin fondo la paga
por unas horas de simple ilusión:
polvo la faja, rezo sin devoción.

Nunca se queja de manos y besos
la parlanchina Queta;
Eros es su primor y agradece
con desparpajo de fuego
su mucho celo;
aunque de imprecaciones llene
a los escasos de marmaja,
con los muchachos enloquece
pero deplora la ausencia de lana,
de morralla el monedero, sultana.

martes, 20 de septiembre de 2011

Ausencia de la esperanza

Gustavo Salazar A.

Galardones de la maldición
vayan a lo más hondo del mar
para salir nunca jamás,
sean lirios y aves de armonía.

Su encanto deslumbra y carcome,
ácido de sonrisas y corazones
que disuelve el mañana
en olas crecientes de rencores.

Empedradas las calles de muerte,
la sangre es torrente de odios,
envenena el aire y la mente,

y ultima sin recato cantos y danzas
y festina en letrinas el adiós,
larga ausencia de la esperanza.

viernes, 16 de septiembre de 2011

De dónde vendrá el viento

Gustavo Salazar A.

De dónde vendrá el viento,
su gracia arrastre
el interminable pesar
con arrullo fresco,
sea canto de ave,
suave el paso de lo oscuro
a claridad vibrante,
alumbre al nuevo día,
de rencores y amargura estéril
el retoño de la alegría.

Viento fresco golpea de una vez,
impregna la piel
y anima los corazones;
semblantes de piedra
con sed de lágrimas,
llantos como caudales
en resguardo bajo llave
labran con desparpajo
madres de mortíferos males,
golosas como moscas en miel.

No te retrases,
viento abre tus brazos,
reparte tus besos,
fecunda cual semilla
en tierra reseca, de siglos
sin humedad la afrenta,
el aire quema, es llama;
viento no atices más
la citadina soledad
como flama en el desierto.

martes, 6 de septiembre de 2011

Con menguada boca

Gustavo Salazar A

Te quiero dar un beso
con menguada boca,
con labios desgarrados
en la sombra
y la mandíbula de ansias rota;
mis brazos ya no son cárcel
en tu cuerpo,
ni mis suspiros cabalgan
en tus quejidos,
ni tus ojos en el apuro me miran.

Te marchas de mi vida,
aunque no quieras,
mi mirada te retiene,
aunque no puede,
cerca de mi tu lejanía,
un paso, tal vez
la conquista de la sima,
como el grito que ahoga el mudo
que estalla en vivo llanto,
de besos la melancolía.

Te quiero dar un beso.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Humildad

Gustavo Salazar A
Al doctor Edgar Pavía Guzmán (qepd)

Cuando emprenda el viaje
con fecha de ida desde el vientre,
alegre sea su acato,
sin ojos de pena
mandato divino
como mimos y besos,
fiesta sin contar días
que lleva agua transparente
y rosas amarillas a mejor vida
al infatigable peregrino.

Autos, yates, el glamur,
distintivo del porte,
la ropa, más apreciada que la piel
es venerada en la tropa
de gran cuartel;
envidia de las montañas que toca
cual rey Midas, y del poder también,
avasallan sin titubeos,
insaciable glotón
de los glotones de dinero.

Entre los ricos eres el primero,
con danza de poderosos a tus pies,
ante el Señor, pordiosero,
te declaras siervo de Jesús,
fuente de tu luz;
ni esquelas, ni flores, menos desfiles,
ajeno a la solemnidad
culminas sin ritos,
en puño de polvo,
y retornas a Él, al justo juez.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Recelo por la luna

Gustavo Salazar A


Alcanzar la luna
en una enorme casa
que me luzca como dios
es mi desvelo,
ser el brillo que ilumine
el majestuoso manto
de diamantes y algodones,
con callos y corazones
de acatecas y costeñas,
creación de excelsos dones,
tejido en parpadeo de los años.

El sueño de mi desvelo
se derrumba porque la luna
despierta mi recelo
si lejos de mi más alumbra;
con flechas, balas y cuernos
intento su luz cegar
en esfuerzo eterno
si pretendo al universo doblegar,
huérfano de suaves rayos
y de la fuerza infinita de amar, fallo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Esplendor de la locura

Gustavo Salazar Adame


De ese dulce pan siempre quiero,
su textura y su sabor reanima
cuando la tiniebla engulle,
cuando el negro humor es muero,
peste en cada esquina
impotente el silencio gime,
esplendor de la locura;
mucho pan, hasta el éxtasis,
con mordiscos de dulzura
indemne al horror quede.

En la boca miel y en los ojos deleite,
pan de amor, con furia te sujetan
a madero en vano, ultraje a la luz,
atroz muerte y ascenso de la vida;
de odios carnicería
gardenias y claveles sepultura,
fecunda semilla donde luz y sombra
se funden en alegría;
radiante de la penumbra surja
la concordia como alimento del día.

Y beber de la uva el placer de ese vino
que el alma renueva,
alumbra el camino
y de la mano siempre feliz lleva.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Falto de la rosa

Gustavo Salazar A

Si el camino son alas sin vuelo,
como mar en brama de las miserias
que se alojan en los besos de las olas,
escabrosa es la ruta de los pasos
que se gastan en nada,
torbellino que arrastra el desconsuelo,
extravío de los días,
sin remedio y sin alivio
envejece el fastidio,
del silencio y del ruido enemigo.

Delirios que en el fango tienen
sus redes de aire las huellas;
la soberbia es melodía
de carcajadas frías,
desplantes de reyes inmortales
vacuos de sonrisas, avaro de amores
y de fraternas manos escasos;
de dolores, costras indelebles,
tropieza la vida, cae a pedazos
como cristales estrepitosos y fatales.

Se levanta y los pies no lo sostienen,
se atarraga y tiene hambre,
sed, entre más agua bebe,
clama un largo beso
y luego quiere más que eso;
todo tiene a la mano,
aunque falto de la rosa
y del aroma del niño,
todo se le escurre como agua,
como a la noche la luna
que el sol alcanza, pero muere.

domingo, 14 de agosto de 2011

Levanta y anda

Gustavo Salazar A

Majestuosa presencia tuya,
Señor de pasos firmes, mano que sana,
mirada serena y radiante
como voz de tu alma,
levanta y anda.

De la noche sin estrellas
el brillo es de dagas el filo,
como dolor de viento sin danza,
lágrimas hurañas, hartazgo de frío,
la zozobra encarna
lo que deslumbra y es sombrío.

Caen en picada al foso roto
retazos de alma en agonía,
pasarela de burlonas tinieblas
de sudor y sangre glotonas,
de arrogante espera,
las rapiñas son coronas.

La muerte se goza en su abrazo fuerte,
exhausta su presa,
una cálida mano cambia la suerte,
sepulta vanidades y rencores,
aflora la confianza en la salvación
si se deja en el amor de Dios,
si el perdón es como la respiración.

domingo, 31 de julio de 2011

Fruta madura

Gustavo Salazar A

Con delicadeza tomé
tu cana y rala greña
con manos de mole huellas,
sonrojan tus cabellos
mis dedos de caricias,
la grasa escurre plena,
tarde de delicias
como besos en sube y baja,
humo las penas,
y en el amor, brasa.

Mis labios en tu rostro
el silencioso grito deslizan,
recobrar la risa, ansia,
sueño que al universo alegre
cual estrellas en vals de gloria;
ni palabras, menos reproches,
un suspiro profundo
como el dolor de la ausencia
quema la noche,
besos y flores alivio buscan.

Y cuidan como alfombra tus pasos
en senda que los años no pierde,
permanece en verdes pastos,
agua fresca en tus labios bebe,
de eterna primavera el canto,
y manos de flores el milagro.
De la espesura de las sombras
se atisba la dicha, la pulpa
de la fruta madura, miel,
aliento de un nuevo día.

lunes, 25 de julio de 2011

El cuentahabiente

Gustavo Salazar A

¡Carajo! Arrebatarles
de la boca el pan
a niños y ancianos;
osadía de esa casa
que se nutre en un vientre
borracho de vinagre;
sin alma nace,
sin mieles de Roca.
¡Buitre!
Ajeno al calor de madre.

Con suaves maneras
apila sus rapiñas a sus pies
y hiere la mesa
de los afanes diarios
con autos y exóticos platos;
galante con esa corbata
que le ciñe la garganta
y le brilla desde la cola,
también es su corona
de ilustre en la bola.

Duerme como inocente,
nada le inquieta su gula,
sabe que muerde
y engulle fuerte
y del frío lo tapan sedas
efímeras de gloria;
aunque le remuerde
una gran pena:
la falta de muchos ceros
al rapaz cuentahabiente.

lunes, 18 de julio de 2011

Hambre vieja

Gustavo Salazar A

Mis besos navegan con hambre vieja
en el caudal de tu agua brava,
a los años anima el incesante torrente,
luz al desgano de mis ojos, clemente.

Aquellas noches sin lumbre,
sin fuego que avive la vista,
del socarrón frío que la sangre roba,
lejos de mi vida muere esa sombra.

Mis manos devoran tu frondoso altiplano,
las quema tu tersa brasa, vibran,
el suspiro cae modorro,
arrulla los crujidos del lazo la lluvia.

Canta el amor y muerde y el tiempo retiene
la dulce locura de navegar
en la cálida trampa de tu océano,
agua a mi viaje, sed de ti sin descanso.

domingo, 17 de julio de 2011

Vano esfuerzo

Gustavo Salazar A

Interminable tiniebla
de sueños rotos, espesa;
la danza, desenfreno de jaurías,
con velas de sangre ilumina
la noche larga, sin cielo;
el ansia vaga, busca, arrastra,
adora dioses, avasalla el oro,
que el viento esparce, cual
castillo en arena en lodo queda,
en humo de hojarasca, sin fuego.

En lo bajo se desvanece,
en el suelo yace el delirio
de edificar en los jardines del cielo;
sigue al sueño la pesadilla,
el prurito de los brillos
que al alma entorpece,
como Nerón, incendia la casa;
confía en resurgir de las cenizas
con mando más allá del universo,
al polvo retorna su vano esfuerzo.

viernes, 8 de julio de 2011

Orgullo de la fetidez

Gustavo Salazar A

Rostro sediento sin sed,
de corrompidos huesos espejo,
de la equidad, ¡bendito gigante!
hieres a hombres y a mujeres
con desparpajo;
igual ofendes,
poco a poco sin descanso
al santo de tu inflamada devoción,
al erario, indefenso en tus manos.

Como ave de rapiña, diestro,
ávido devoras mesas y sillas
de esos que ponen la mejilla;
sí, de esos que los de tu calaña
con gusto refunden en el agujero
porque de los inmortales
nadie les reclama,
y te encumbras en la cima
con mares de sudores ajenos,
para brillo de tu cama.

Con los que andan sus pasos en flores,
más que miel su voz y sus gestos,
más que lacayo a los lustrados pies;
desalmado con los que tilda
en silencio y a gritos de viles gatos,
sin inquietarle que su vientre
de gases y tripas y rencores,
con sonoras y largas carcajadas reviente,
que le anuncian que ha llegado el parto,
la anhelada hora de su altiva fetidez:
ríos de caca, alimento de su dotado ser.

martes, 14 de junio de 2011

Peregrino de odios

Gustavo Salazar A

Hablantín en cualquier continente, locuaz
peregrino eres, tus pies de diamantes
brillan en caminos que andan sin pasar,
mas en gula de odios avanzas sin errar.

Tus ojos malignos la ruta extravían,
maldices del día la luz, de la noche amante,
de la bulla de cantina guía,
en las sombras falleces, de ira el ahogo.

Con puñalada trapera matas tu propio destino,
no hay sangre, ni agua, sólo bilis derramas,
tu alma está repleta de infamias.

Entre circo y calvario fue tu paso
de hiel y oro, voraz, dictador sin mundo,
como perros y gatos, inhabitable tu casa.

miércoles, 1 de junio de 2011

La ira del cielo

Gustavo Salazar A

La ira del cielo no es otra,
es la amargura de ver en sus aves
el desdoro de sus alas, rotas,
que reta la fortaleza de la Roca.

Nubes de fuego y vientos con saña
azotan sin misericordia la ciudad,
llanto que en siglos no acaba,
apaga el alma de madres en soledad.

La ausencia puebla las casas de fantasmas;
torna intensa la furia de los rayos
la alabanza del brillo que deslumbra;

al Señor es la ofensa con bronces y bisutería;
luz del camino, dicen, Él ya no alumbra,
aunque arda sin fin la tierra por tal herejía.

Don Gato

Gustavo Salazar A.

Muy alto el porte,
ni el mismo cielo
juzga indigno de sus pies
el disparejo suelo;
sabe que la robusta torre
como alfiler
su fortaleza un soplo
fácil puede vencer.

Mas el alto porte
en las nubes hace retumbar
su poderosa pisada,
el universo es poco pastel
para su exquisita
presencia de seda
y su voz de cuartel.

El infinito de estrellas y lunas
es menos que nada
para su humilde jacal,
si tiene al verde mar
como piscina adorada
y al cielo para que renazca
como zona super VIP,
a san Pedro y san Pablo vedada.

La torre abatida
por su propio peso
su insolencia traga
polvos y más que eso,
y su altivo trasero aún gruñe
ser gran señor de dinero,
genio de la tranza,
o el rico pato altanero;
es el eterno sueño
del eterno gato marrullero.

lunes, 23 de mayo de 2011

Sacrificio del ciprés

Gustavo Salazar A.

Fresco de cabeza a pies,
de verde alegría y lleno de vida
esbelto ciprés,
aún ayer tu sonrisa y picardía
es goce de niños y ancianos
en sol de mediodía;
suaves manos tus ramas,
cobijo de rayos,
refugio de besos y abrazos,
placidez que renueva las fantasías.

Tristeza hace rato refleja tu primavera,
gallardo cadete, joven pinito;
era alegría en tu follaje
el baile de parlanchinas aves,
azoro los entrometidos roedores
en el alpiste como gloria
y pena el ceño de almas
todas guerra, con aires de santas,
sin dar de beber a pobres
que mueren de sed.

Tu dolor callas;
la herida asoma en tu talle,
en vano oculta la quieres
si el rocío son lágrimas de fuego;
te quema el odio que un inmundo
untó en tu gracia, celoso
de tus guiños con el cielo;
se desliza el vil en silencio,
lazos son sus brazos tras las sombras
en su afán de atar el viento.

Masculle, maldice y hacia arriba escupe;
su saliva le llaga la cara,
la envidia es lumbre
y los dientes le chillan pestilentes,
y el canto del viento celebra la vida,
la alegría florece y los árboles en danza
ensalzan el triunfo sobre sueños
como amos del mundo
con sus metales e ilusiones:
lúgubres de corazones.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una gota de rocío.

Gustavo Salazar A.

Fresca y dulce llegue
una gota de rocío
a los pastos tristes;
sea eterna, lave odios,
los rencores purifique
y retoñe vigorosa la armonía;
la paz en los corazones
nunca más huya aterrada
como presa de leones;
triunfe sobre el hielo la vida.

La dulzura de esa gota
borre las imprecaciones
de las bocas de fuego y ajenjo
en su lastimoso pulular;
sin sosiego,
en llamas aquí y allá
sus dentelladas escarlatas
anegan valles y veneros;
abundantes las cosechas
en sales y soledad, el trofeo.

Esa gotita,
en el camino de brasas
penetre honda y fresca,
y más que esperanzas
broten de sus cenizas
dalias, jazmines y rosas
que esparzan en sus arrullos
la gracia de Él como forjador,
sobre todas las cosas,
de la civilización del amor.

viernes, 6 de mayo de 2011

Cenicienta en desgracia

Gustavo Salazar A

Entras a Palacio
con la sonrisa ancha,
por la puerta
que de par en par
abre, revienta
la fuerza popular;
en las nubes está tu gloria
y en tu mente la guillotina
contra el que te encumbra
como esperanza en la cima.

Y sales,
no como las chachas;
el balcón saltas
en el ocaso de tu mandato
quince para las doce,
como Cenicienta
que huye aterrada
de la condena soberana,
que el pedigrí quema,
al destierro, en desgracia.

martes, 3 de mayo de 2011

Mi ciudad está triste

Gustavo Salazar A

Mi ciudad está triste, muy sola;
muda, con la boca cosida con espinas
para que sus alaridos
no huyan a tierra fantasma;
estén como úlcera en la garganta herida,
o en refugio en su íntimo drenaje
en duelo de añoranzas y fantasías.

Entre lamentos y espantos,
y sombras de púrpura vestidas,
la ciudad se apaga
como a Egipto Yahvé con feria de plagas;
el fin de los tiempos,
tiempos sin fin, funestos;
la espalda al Mesías,
el culto a la arrogancia, la culpa.

Si tus palabras son mares, cielo
y montañas, esfuma ya esos males;
la misericordia también
es tu gloria, Jesús,
salvador de los necios mortales
con tu perdón desde la Cruz;
sufres al ver que tu obra sucumbe,
muchas veces ante la furia,
otras con monedas de lumbre.

miércoles, 27 de abril de 2011

Él, la mano amiga

Gustavo Salazar A

Intangible tu ser, más que roble
es tu presencia en los que te aman;
tu mano, presta y generosa no escatima
en cada instante en nosotros tus dones
de amor, sanidad y abundancia;
se palpan tus coronas.

Omiso a tu Palabra vagaba yo
como perro en extravío;
con la soberbia hasta en el calzado
para engalanar las uñas,
sin importar que sus manos
metan las pezuñas en la luna
para regocijo del ego,
reflejo de lo frágil de mi espejo.

Tanto fue el embeleso mío
que me condujo a enaltecer
la tecnología como moderna divinidad,
portadora de nueva vida,
acceso al paraíso digital.
En esa vía llega la terrible caída,
sin que el calzado orgulloso
evitara el fondo del pozo;
ni las mil maravillas ni las medallas
en las calles ganadas
me rescatan ni curan las profundas heridas;
sólo Él con su mano amiga,
a todas horas dispuesta, siempre benigna,
nunca a nadie olvida.

martes, 26 de abril de 2011

Derroche de amor

Gustavo Salazar A

Arropado con palomas y amor,
una noche que el camino ilumina
como nueva vida la estrella,
lejos de la casa paterna
en humilde cuna naciste;
honra y gloria del Resplandor.

Tu grandiosa sencillez no es de otra
sino de poderoso príncipe de paz;
con tu mano siembras dichas
y con la mirada irradias calma y sanas;
pan de almas ávidas de libertad.

De prodigios tu reposado paso,
mas espinas siempre en vano pinchan
tu gloria, Dios del protagonismo;
en el sacrificio el primero eres,
y en los pecados de todos, el perdón.

La Cruz tornas en derroche de amor
en un mundo que su salvación escupe,
deslumbrado por esos que pretenden
asaltar al mismo Dios del cielo,
con la imagen de Jesús en una mano
y en la otra el botín del averno.

sábado, 23 de abril de 2011

Oros de la desgracia

Gustavo Salazar A

De esos corazones huraños
a la sonrisa del alma,
de esos rostros festivos de males
brote la restauradora sangre
y desborde al mundo con fervor
en el servicio del otro yo,
sin importar color ni linaje,
que somos iguales ante el Señor;
de justos y pecadores es la división.

No sirvo para vivir
si por servir en codicia vivo;
no sirvo si de lágrimas ajenas
manan mis ufanas vanidades,
en otros duras penas;
las colecciono como preseas,
son el pan y sal de pobres
que arrebaté en batallas glotonas,
sin pizca de resquemores.

Que honra puede valer en mi gula
el resplandor si al olvido hiero con furia,
si obeso gasto el vientre en miserias
y lamiendo a diario me tienen
mis vanas glorias.
Y me jaco de mi gracia
cual Judas que en la cruz
cuelga al padre Jesús
por más oros de la desgracia.

domingo, 17 de abril de 2011

Mi Dios del consuelo

Gustavo Salazar A

En la turbación total de mis sentidos,
en lo más negro de la sima,
o con la cara al sol, espectro soy;
anonadado en ese agobio infernal
como cuando todo está perdido,
llegas Tú y me rescatas, Salvador,
benigno eres en los afligidos.

De mis años perdí la huella,
si pocos o muchos, no sé cuantos, qué importa,
evaporan como de botella agua que no restaura;
tristes de largo pasan con llagas de fuego
en los labios mojados con gotas amargas,
como árida tierra que llora sin lágrimas;
rala de pastos, asa mis penas.

Con la arrogancia en el caño abatida,
en la zozobra se humillan mis ojos altivos;
clamo con gritos ahogados al cielo,
se apiada de mis plegarias
y en las palmas de sus manos voy;
mudo a vida nueva con Él, refugio de mi alma;
alivio me regala mi Dios del consuelo.

domingo, 10 de abril de 2011

María Madre mía

Gustavo Salazar A

María Madre mía siempre,
cuánto sufres, cuántas veces
del dolor falleces,
paso a paso cerca de Jesús, tu Hijo,
Dios de la obediencia,
Dios del amor,
en el suplicio de la Pasión:
Calvario y agonía y de entre
los muertos, resurrección,
honra y gloria del Señor.

Incontables son las muertes
crueles que padeces,
María Madre en la despiadada
vejación al Hijo de Dios;
tus sollozos y lágrimas de sangre
colman tierra y Cielo;
del Padre fue la voluntad
de muerte y gloria
de Jesús en la Cruz,
del pecador redención.

Tú también Madre,
desde tu regazo con devoción
arrastras la cruz
y caminas plena de luz;
tú también resbalas,
caes bajo el peso del madero,
del ultraje y las afrentas;
impotente para socorrer a tu hijo,
sediento de salvar más almas,
en la resurrección lo rescatas.

lunes, 14 de marzo de 2011

Majestuosa humildad

Gustavo Salazar A

Tu majestuosa humildad
resplandece como rosa de amor
en lo hondo de la herida,
llanto de sangre y agua
del atribulado corazón,
oscuros días;
mas la brisa de tu mano
como rayo de paz
ilumina y restaura
la fiesta de la alegría;
de la fe es el triunfo
sobre la idolatría.

Caiga el fruto de odios
en aguas claras
y sus jugos se tornen
veneros de concordia;
y si persiste su hiel
en arder delicados pastos,
consúmase en su propia piel
en fuego lento,
y azufre y espinos sean
su voraz sustento
por ofensas al Hacedor
de vergeles y glorias.

viernes, 11 de marzo de 2011

Las manos del redentor

Gustavo Salazar A

Del universo en expansión
o de un suspiro alegre
de besos, brilla tu mirada
como lluvia de estrellas,
en las tinieblas
luz de redención.

De miel suave
que dulce embriaga,
también de preciosa sangre
son esas miradas
que vierte el alma
en alas cortas y en las vastas.

Palomas caen abatidas
por sonrisas de altivez;
otras levantan el vuelo
en cantos de gloria,
valsan por siglos en los cielos,
de “Mi dulce Señor” es la honra.

En interminable valle
de flores y aves
y frescos lagos mora el Pastor,
abundan los trigos y el gozo,
y en el corazón
la mano del Redentor.

lunes, 21 de febrero de 2011

Aguas tristes

Gustavo Salazar A

Tristes aguas mis mares,
calmas por encima miradas,
vómito que desgarra el corazón,
es baño de ardor fecundo y deslava
el alma, desnuda cubre sus penas
con risas de fango y hielo de caricias
y de tormentas plenas.

Lágrimas resbalan en cascadas de sangre,
en sus aguas flotan navajas
que podan y reverdecen la agonía
como el desierto la boca de grietas
por labios de fuego que torna en cenizas
el aliento encadenándolo a olor inmundo,
vano es engañar la vida con delicias.

Moradores de las entrañas, gusanos
en busca de tumbas y drenajes
el apuro de aire fresco, vivificante,
como sonrisa de bebé ante la luna
el escurridizo sueño, siempre ausente
de dichas y de tiernos besos.

miércoles, 19 de enero de 2011

Como roble, abuelo

Gustavo Salazar A

Como roble sereno y fuerte,
diestro en la confección del traje
que engalana tu oficio viejo
a la indomable muerte,
alegre ante la vida,
sereno ante lo cierto.

Hacedor de almohadas y camas
con rizos y tersos lienzos,
resaltan los pliegues como sonrisa
en la blanca o gris falda,
ropón que se ciñe en el viaje
sin regreso de la tierra
por féretros penetrada.

Ave de altos vuelos
una tarde remontaste
montañas y mares
y en viento te esparciste,
tu equipaje eran años
de ofrenda y glorias al cielo,
en ese camino sin desmayo
tus pasos de acero y algodón
honran al trabajo
y claveles al corazón,
otras manos se esmeraron
en tu porte en ida triunfal.

Entre jacarandas y pinos
en danza por melodías
de traviesos trinos,
tu inmensa sonrisa brilla
iluminando todos los rincones
de la casa y compartes la savia,
savia que sosiega el alma
y la humildad alienta
como ungüento solidaria.

domingo, 16 de enero de 2011

Gestoría bar

Gustavo Salazar A


Hasta este sagrado lugar
extenuado a diario llego
como sediento pobre obrero
pero en auto de lujo más que nuevo,
es mi selecta trinchera que constata
el desvelo que por mi patria
sin remilgos le dedico horas y horas
como chuchería honrada por mí
la social gestora.

Si muy copioso es mi sudar
la causa la ciudad la provoca
con sus atajos muy pronunciados,
como si ganasen el cielo
o en reniego de su histórico sello,
pero nunca es culpa de la gestoría,
disculpa la onerosa cocina,
que en lugar de sesos ofrece
banquetes de suculenta letrina.

No se trata de cualquier desecho,
por supuesto ya no tacos ni garnachas,
menos epazote con frijoles de olla,
sino de carnes y quesos sin empacho
de los obesos fajos de pesos,
es la expulsión de la gloria,
de las dietas de los prohombres,
duchos en el desprecio de Guerrero,
escultores del futuro como basurero.

Llamas en hielo

Gustavo Salazar A

Si es dicha duradera la odisea
de comer en tu regazo, huésped puntual sea
en esa morada, río de besos y de tu boca avidez,
envidia de estrellas y del aire palidez.

Si la lejanía es un océano, un abrazo trunco,
tu aroma nunca será fógón en mis lazos
si cuando en tu rostro me miro otro rostro sonríe,
quede sin manos y los besos reos en los labios.

Amor, tejo sin manos y sin besos
un cielo de lágrimas ciego,
sin día, con enfado de estrellas,

maltrechas caen como diluvio de rayos
y a noches glaciales el fuego es indolente,
llamas en hielo la condena, agonía de la flama.