lunes, 26 de septiembre de 2011

La pizpireta

Gustavo Salazar A

De galleta en galleta
brinca al refresco y al café,
o al Kino Padre vino
armada de vaso de unicel,
en servilletas de papel
hurta torres de canapé
la pizpireta,
el meloso elogio a cofradías
de lectores o de prensa
le abre puertas a las fantasías.

De intenso cabalgar
y de halagado trote,
la sonriente Queta
de curvas de cafres delicias,
en bajada se desliza aprisa al volante,
mas ahoga en sus aguas doradas
a los que nadan en esas caricias
con más y más, sin fondo la paga
por unas horas de simple ilusión:
polvo la faja, rezo sin devoción.

Nunca se queja de manos y besos
la parlanchina Queta;
Eros es su primor y agradece
con desparpajo de fuego
su mucho celo;
aunque de imprecaciones llene
a los escasos de marmaja,
con los muchachos enloquece
pero deplora la ausencia de lana,
de morralla el monedero, sultana.

martes, 20 de septiembre de 2011

Ausencia de la esperanza

Gustavo Salazar A.

Galardones de la maldición
vayan a lo más hondo del mar
para salir nunca jamás,
sean lirios y aves de armonía.

Su encanto deslumbra y carcome,
ácido de sonrisas y corazones
que disuelve el mañana
en olas crecientes de rencores.

Empedradas las calles de muerte,
la sangre es torrente de odios,
envenena el aire y la mente,

y ultima sin recato cantos y danzas
y festina en letrinas el adiós,
larga ausencia de la esperanza.

viernes, 16 de septiembre de 2011

De dónde vendrá el viento

Gustavo Salazar A.

De dónde vendrá el viento,
su gracia arrastre
el interminable pesar
con arrullo fresco,
sea canto de ave,
suave el paso de lo oscuro
a claridad vibrante,
alumbre al nuevo día,
de rencores y amargura estéril
el retoño de la alegría.

Viento fresco golpea de una vez,
impregna la piel
y anima los corazones;
semblantes de piedra
con sed de lágrimas,
llantos como caudales
en resguardo bajo llave
labran con desparpajo
madres de mortíferos males,
golosas como moscas en miel.

No te retrases,
viento abre tus brazos,
reparte tus besos,
fecunda cual semilla
en tierra reseca, de siglos
sin humedad la afrenta,
el aire quema, es llama;
viento no atices más
la citadina soledad
como flama en el desierto.

martes, 6 de septiembre de 2011

Con menguada boca

Gustavo Salazar A

Te quiero dar un beso
con menguada boca,
con labios desgarrados
en la sombra
y la mandíbula de ansias rota;
mis brazos ya no son cárcel
en tu cuerpo,
ni mis suspiros cabalgan
en tus quejidos,
ni tus ojos en el apuro me miran.

Te marchas de mi vida,
aunque no quieras,
mi mirada te retiene,
aunque no puede,
cerca de mi tu lejanía,
un paso, tal vez
la conquista de la sima,
como el grito que ahoga el mudo
que estalla en vivo llanto,
de besos la melancolía.

Te quiero dar un beso.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Humildad

Gustavo Salazar A
Al doctor Edgar Pavía Guzmán (qepd)

Cuando emprenda el viaje
con fecha de ida desde el vientre,
alegre sea su acato,
sin ojos de pena
mandato divino
como mimos y besos,
fiesta sin contar días
que lleva agua transparente
y rosas amarillas a mejor vida
al infatigable peregrino.

Autos, yates, el glamur,
distintivo del porte,
la ropa, más apreciada que la piel
es venerada en la tropa
de gran cuartel;
envidia de las montañas que toca
cual rey Midas, y del poder también,
avasallan sin titubeos,
insaciable glotón
de los glotones de dinero.

Entre los ricos eres el primero,
con danza de poderosos a tus pies,
ante el Señor, pordiosero,
te declaras siervo de Jesús,
fuente de tu luz;
ni esquelas, ni flores, menos desfiles,
ajeno a la solemnidad
culminas sin ritos,
en puño de polvo,
y retornas a Él, al justo juez.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Recelo por la luna

Gustavo Salazar A


Alcanzar la luna
en una enorme casa
que me luzca como dios
es mi desvelo,
ser el brillo que ilumine
el majestuoso manto
de diamantes y algodones,
con callos y corazones
de acatecas y costeñas,
creación de excelsos dones,
tejido en parpadeo de los años.

El sueño de mi desvelo
se derrumba porque la luna
despierta mi recelo
si lejos de mi más alumbra;
con flechas, balas y cuernos
intento su luz cegar
en esfuerzo eterno
si pretendo al universo doblegar,
huérfano de suaves rayos
y de la fuerza infinita de amar, fallo.