lunes, 12 de diciembre de 2011

Guardián del universo

Gustavo Salazar A

¿Acaso nunca duermes?
En tu reino el sol y la luna
sin pausa a la vez.
Esa es tu jornada.
Mil años una fantasía,
un día nada.

Como confeti tus dones
en alivio sin demora.
Oscura la mirada
en lo claro.
Sed de la noche el rayo.
Tolerancia y bondad,
sendero de sabios.
El ego, de necios vanidad.

El mundo de amor y paz
se desgarra, desangra
de pena la Palabra.
La mano, filoso puñal.
Estocada el cordial abrazo.
Y si un beso,
labios melosos
abren como flor.
Cual tobogán
la lengua es fuego:
Contigo bendito Dios.
Pero ruge el corazón:
la maldición te persiga
como fiesta de muerte.

Doblez de estrellas,
la casa ensombrece.
La tiniebla amenaza.
Ni cenizas deja,
la fulmina el resplandor.

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