El alegato de don Gastón

Gustavo Salazar A

Le dicen que es hombre bueno,
de corazón amplio y sereno,
de sueños y tragos largos.
De saliva los sirve amargos.

Como don Gastón,
con dinero combate cualquier
arrebato bien presto,
pero a la mera hora
la lengua se le atora.
Es puro pico de alegato.

Sin motivo promete viajes,
ir a las estrellas;
de las noches, es cierto,
alegran sus desplantes
ya sin pasaporte
al planeta del abúlico dedo,
porque Cuauhtémoc
en revancha le quema las patas.
También le birla la plata.
Y de un paro lo fulmina la resaca.

Angustiada su alma
busca un hielo,
una soda siquiera,
algo que refresque la pena.
La cruda es peor que el infierno:
la expulsión del paraíso sin VISA,
sin Eva ni gueva de paga.
Con encuesta o sin ella,
garantiza el triunfo con el apoyo
de Baco como metralla.