lunes, 13 de julio de 2009

Balcón

Francisco S. González

UN legislador priista obtuvo diez y nota en historia política nacional, en un breve curso que imparte el Congreso desde hace tres meses.
¿Cuáles presidentes de México admira usted?, pronuncie dos en voz, fue la primera pregunta:
LEA y Bustamante, gritó el congresista.
Muy bien muchachito, elogió el catedrático, pero le soltó otra, muy difícil, sobre turismo:
Diga usted, hijo de José María Morelos y Pavón, qué ciudades de América le gustaría volver a visitar.
Chicago y Cuba, llevando torta a esa fiesta para no afectar al erario en tiempo de recortes.

DE LAS penas ajenas que pasó en campaña el diputado federal electo Mario Moreno Arcos, lucieron las de su ahijado político, el congresista local Rubén Valenzo Cantor.
Por tu culpa a Mario “le andan poniendo caras” en Quechultenango y Mochitlán, le refregó la Triquititi -ferviente porrista del tricolor- al “diputado sombrero” durante una reunión de gran pedorraje priista, en el Salón Cuicalli.
Harto sabido es la forma con que el susodicho legislador ha correspondido al voto de sus electores, con desprecios, su favorita, vestido de campesino trata de limosneros a sus “representados”.

EL gran damnificado por el triunfo del PRI en la entidad es, sin discusión, el médico Reyes Betancourt Linares.
Ex alcalde sustituto en Chilpancingo, diputado local hace seis años, después de uno de sus amagos por enrolarse en el PRD como candidato a la presidencia municipal, y candidato derrotado por AMLO en la elección federal de hace tres años, Reyes Betancourt estaba hasta antes del proceso electoral que concluyó –sobre todo por el poderoso padrinazgo que tenía-, como uno de los fuertes aspirantes en el relevo del gobierno local, pero optó por el vacío al aceptar la candidatura del Panal a la diputación, contra todas las advertencias de esa inútil muerte cerebral de parte de amigos y entonces jefes políticos.
¿Qué le falló a tan prestigiado galeno en sus cálculos políticos? ¿Serenidad y prudencia?
Tal vez su nuevo partido le cumplió con el millón y medio de pesos para la campaña y la camioneta para esos trotes, pero la prometida delegación del ISSSTE está volando, como simple promesa de candidato a los electores.
Auto eliminado Reyes Betancourt, cobra fuerza la aspiración del ex secretario de Sedesol y ex congresista local, Heriberto Huicochea Vázquez –del círculo de Juárez Cisneros-, aunque integrado en una tercia con los diputados Jorge Salgado Parra y Ricardo Moreno Arcos.

TRES días antes de la elección, el legislador local perredista Catalino Duarte Ortuño se apostó en la plaza central de Chichihualco. Las pacas de dinero a cambio de votos, las máquinas retroexcavadoras también por votos. Inclusive soltó fajos en anticipo a fiestas patronales y navideñas. Y ganó el municipio para la causa perredista.
Pero le faltó tiempo para llegar como Santaclós a Tlacotepec. Le comió el mandado José Concho Hernández Solano y más de cuatro mil votos priistas apuntalaron el triunfo de Cuauhtémoc Salgado Romero.
Revés que coloca en el abismo al diputado Catalino, en su pretensión de cobrar por pasear en los pasillos del Congreso de la Unión dentro de tres años.
De pasadita habrá que recordar que el susodicho padre de la patria hace pocas semanas trató de comerse en tribuna la ratificación del magistrado Miguel Barreto Cedeño. Estaba indignado, pero ya se supo la causa:
El cambio de adscripción de la señora del diputado, del juzgado menor de Zirándaro a las oficinas centrales de Chilpancingo.
Barreto casi logró el cambio, pero de Zirándaro a Chichihualco, lo que indignó al ínclito congresista, que se cree principio y fin del universo y, no obstante, a su Tierra Caliente no puede posar un pie; sabe Dios la causa.

EL ex síndico de Tlapa, Raúl García Leyva tiene que formarse en la muy larga fila de los aspirantes a cargos de representación popular por el PRI, después de sus tres productivos años como síndico de Tlapa cobijado por el sol azteca; si sus patrocinadores locales decidieran humillar la militancia con esa propuesta, de ese tamaño sería el costo político que pagarían.
Inteligente que es García Leyva , propala que el ex gobernador René Juárez Cisneros sigue siendo su gran apá, pero como San Jerónimo en el desierto, clama en vano.

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