Balcón

Francisco S. González

HAY aspirantes al poder político estatal que están en campaña permanente. Es el caso del priista Fermín Gerardo Alvarado Arroyo, legislador federal que ya es preparado para la presidencia municipal de Acapulco, como paso que lo conduzca a la gubernatura de seis años por su grupo liderado por el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer.
Y no es broma ni chiste de mal gusto, ni cuento de terror ni novela. Es la neta Mario Neta.
Con su bandera de bajarle la tarifa a la Autopista del Sol recorre el Congreso de la Unión y el gabinete federal, ocurre al templo de San Juditas allá por el rumbo de Bellas Artes y pide dos milagros:
Que la gubernatura sea para Manuel Añorve Baños y Fermín el relevista en la presidencia de Acapulco. Ya encaramado en ese buque, tendrá casi dos años y ocho meses para seguir en campaña por la senaduría y por la gubernatura luego, desplazando a su actual jefe político Héctor Vicario Castrejón y arrollando a su compañero de cuadra, al también legislador Cuauhtémoc Salgado Romero en la contienda por la senaduría.
Por supuesto que ese proyecto, que no es ni broma ni cuento de hadas y príncipes guapos y valerosos, ignora a personajes de carne y hueso y con mucha presencia política en Guerrero y en el centro del país, pero también el paso y peso inexorable de los años -bromista esos sí-, que gusta colgar surcos en el rostro a los mortales, entre otras linduras en la geografía física de los humanos, es otro lastre que omiten.
También ignoran a Dios, y para nada aludo a doña Beatriz ni a Peña Nieto, sino al que está allá arriba y también gusta de bromas pesadas, como cantarle a jubilación a vaya usted saber quién es el afortunado.
Cierto que la soberbia de algunos aprendices de dioses de la mitología tricolor es de risa, pero mi respeto para el equipo que prepara el asalto de Fermín en el fabuloso mundo de la política y con mucho mando, y por si faltara algo, satisfecho con el compadrazgo del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y también con su Gaviota el entonces renovado y galán Fermín.