miércoles, 9 de diciembre de 2009

Frente y vuelta

Gustavo Salazar A

De muchacho chicho a muy ducho
pasa el jovial senador Rumbo.
De corridito la lengua desparrama
cuando de muchachas, autos deportivos
y parrandas dicharachero parla.

De sus peculiares reflexiones sobre
la contienda por la gubernatura en lodo
atasca sus confusiones, de ocio con bocio,
de política con paleolítica.
Todo resuelve con un qué buena estás
mamacita, luego nos vemos en lo oscurito
con unos tequilas adentro y adentro.
Qué simpático el radiante senador es.

También es muy franco y amigable,
¡Faltaba más!
A uno de los suyos, su par, tilda de rosita
en alarde de llevarse de cuartos o a cuartos,
siendo que la izquierda y el derecho le es
indistinta, se colige: Rumbo rumbo extravía.

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