martes, 20 de abril de 2010

Medusa

Gustavo Salazar A

Patria también mía,
huérfana de padre
y de madre sin pizca,
agoniza en rojo y negro
teñido tu rostro.

Festín de corazones rotos,
muecas de tripas saltarinas,
ojos vacíos, ritual a destajo
en calles y oficinas,
letrinas de lonjas.

Languidece el ogro,
escupe y grita en vano
ante su moderna Medusa,
su otra mano,
que petrifica generosa
con plata o plomo.

Nuestros ojos hielo de llanto,
amor que aprisiona su pesar
y enmudece entre cadáveres
como alfombra de costa a costa
y deambula con un grito apagado
y estalla en el paladar
como patético canto:
“Como México no hay dos”:
imperio de lodo y resplandor.

No hay comentarios: