viernes, 11 de marzo de 2011

Las manos del redentor

Gustavo Salazar A

Del universo en expansión
o de un suspiro alegre
de besos, brilla tu mirada
como lluvia de estrellas,
en las tinieblas
luz de redención.

De miel suave
que dulce embriaga,
también de preciosa sangre
son esas miradas
que vierte el alma
en alas cortas y en las vastas.

Palomas caen abatidas
por sonrisas de altivez;
otras levantan el vuelo
en cantos de gloria,
valsan por siglos en los cielos,
de “Mi dulce Señor” es la honra.

En interminable valle
de flores y aves
y frescos lagos mora el Pastor,
abundan los trigos y el gozo,
y en el corazón
la mano del Redentor.

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