domingo, 4 de noviembre de 2012

Honra y decepción

Gustavo Salazar A




Oh, Padre,
tú que observas a la vez
desde el Alto trono
sombras y luces,
viaje de espumas
que cálidas abren frescas
como caricias en tu rostro;
tormentas y calmo sol,
y mares cuyas olas
del Cielo guardan
secretos de mundos
conocidos y por descubrir,
en azul y blanco el manto
de platinos y diamantes
ilumina toda tu casa;
el hombre, no obstante,
de tu gran obra corona.


Y lo honras,
y te debe honra,
y es vigía.
También decepción
su fracaso en la custodia
de la Creación.



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