viernes, 25 de mayo de 2007

Nichos de Guerrero

Nichos de Guerrero

La imagen de Guerrero hacia el interior y exterior de nuestro país está dada de tal forma que se reduce a los puertos turísticos, al mar y arena de Acapulco y Zihuatanejo. Frente a la imagen que se pretende, vemos que en el estado la diversidad se manifiesta en el paisaje y en las expresiones culturales de sus pueblos.
Guerrero se ubica, junto con los estados de Oaxaca y Chiapas, en la región Pacífico Sur de la República mexicana, colinda al norte con el Estado de México y Morelos, al noreste con Puebla, al noroeste con Michoacán y al este con Oaxaca. La geografía del estado proporciona gran variedad de climas, altitudes y paisajes, por lo menos cuatro quintas partes del Estado están surcadas por montañas.
Siete regiones (Acapulco, Centro, Costa Grande, Costa Chica, Montaña, Norte, Tierra Caliente) forman parte de la tierra suriana y dentro de ellas 76 municipios conforman la rica biodiversidad y cultura, que caracteriza las manifestaciones y diversas maneras de ser de sus habitantes.
En la entidad conviven mestizos, nahuas, mixtecos, tlapanecos, amuzgos, y una importante descendencia afromestiza que se asienta predominantemente en la región de la Costa Chica, en los límites con el estado de Oaxaca. Aparte de los cuatro pueblos indigenas que habitan en el estado, existen hablantes de 26 lenguas indígenas distintas que han venido al estado a radicar. Sobre todo los pueblos indígenas persisten con una identidad diferenciada del resto de la población mestiza y afromestiza. La población indígena es del 13.75% del estado, lo cual representa el 5.7% de la población total del país. Los nahuas representan el 40% de la población total del estado pues son el grupo indígena mayoritario; lo siguen los mixtecos con el 28%; los tlapanecos con el 22%; los amuzgos con el 9% y finalmente los miembros de otros grupos indígenas que han venido a establecerse al estado representan el 1% de la población indígena del estado. 1
Guerrero se destaca en el ámbito nacional por su atraso económico, la principal actividad económica del estado es la agricultura, actividad que se ha asentado básicamente sobre cuatro productos: el maíz, el ajonjolí, el café y la copra, la cual representa el 85% entre todos los municipios, por tratarse de una actividad de temporal y debido a las condiciones en que se desarrolla está condenada a ser una actividad de infrasubsistencia. Únicamente algunos municipios de la Costa y Tierra Caliente comercializan excedentes, como café, copra y ajonjolí. En ciudades como Acapulco, Taxco, y el municipio de José Azueta (Ixtapa - Zihuatanejo) se desarrolla la actividad turística y comercial.
La segunda actividad económica es el comercio local y aunque la ganadería no representa una actividad significativa en el Producto Interno Bruto (PIB) estatal y nacional, en la economía indígena tiene un peso considerable la producción de ganado caprino.
Los servicios son una actividad predominante en la vida económica de Chilpancingo de los Bravo, capital del estado. En Buenavista de Cuéllar y Leonardo Bravo se localiza la industria maquiladora, otra actividad económica, de ocupación en el estado, es la artesanal la cual se lleva a cabo en Olinalá, Zitlala, Xochistlahuaca y Tetipac.
Las regiones costeras desarrollan, aunque de manera incipiente, la actividad pesquera, su producción es de consumo local. La ganadería, representa un papel importante, pues de una u otra forma se lleva acabo de una manera extensiva en las siete regiones del estado, varía el tipo de animales que hay en cada una de ellas.
La diversidad geocultural así como la dinámica socioeconómica del estado se plasman en las distintas regiones en que éste se divide.2 Tenemos así que Acapulco es la región guerrerense con más problemas de explosión demográfica y de grandes contrastes sociales y económicos, aunque este puerto, por su actividad turística, genera un alto nivel de ingresos esto no se ve reflejado en el incremento de la calidad de vida de la mayoría de sus habitantes.
La región Centro da vida a poblaciones como Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Colotlipa, Mochitlán y Quechultenango. Tiene una variedad de climas aptos para todo tipo de cultivos agrícolas, cuenta con una incipiente actividad ganadera, una de sus principales riquezas la constituyen los bosques de pino que son fuente de la industria maderera. Presenta amplias hondonadas de tierras fértiles, aproximadamente la mitad del municipio cuenta con caminos de acceso y servicios públicos, por lo cual se entiende que este espacio camina hacia un desarrollo económico pero la otra mitad de la población tiene grandes necesidades para caminar hacia su desarrollo.
La Costa Grande, región de innumerables bellezas y riquezas naturales, posee litorales, huertas frutales, plantaciones de cocoteros, bosques madereros. Es la región forestal más dinámica del estado. La región se distingue por su producción pesquera, su actividad del café en Atoyac de Álvarez y la explotación de la copra. En cuanto a la actividad pesquera, la falta de frigoríficos y de transporte adecuados se suma a la deficiente producción que imposibilita satisfacer la demanda estatal y, por tanto, la comercialización nacional. La falta de estudios profundo sobre el tema y la poca capacidad de pesca, lleva a esta actividad a un fuerte atraso en su desarrollo. Aunque la Costa Grande es prometedora su desarrollo económico se ha visto frenado por la creciente inseguridad la cual frena también la afluencia turística a lugares como Ixtapa y Zihuatanejo.
En la Costa Chica la actividad forestal es menor que en la Costa grande, en las zonas medias de la sierra de esta región la cafeticultura representa una opción productiva para muchas familias. Los pueblos que se encuentran alejados de la costa son los más afectados por la marginación, la pobreza extrema, y aún más la violencia. En la parte baja conviven mestizos y afromestizos, la parte alta es la más pobre, se encuentran lugares como Ayutla, san Luis Acatlán, Azoyú, Igualapa, Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca allí conviven amuzgos, mixtecos y tlapanecos. La falta de planes para proyectos productivos sigue reproduciendo el atraso, la marginación y la extrema pobreza sobre todo en los grupos menos privilegiados como lo son los indígenas.
La región Norte, tiene regular producción agrícola, temporal y de riego, así como producción de minerales. Al igual que las otras regiones, presenta problemas económicos para su desarrollo, el establecimiento de maquiladoras ha permitido tener algún aliciente para emplear a sus habitantes, así también aprovecha la afluencia turística de Taxco, importante centro de explotación platera en el estado. Su población está constituida mayoritariamente por mestizos y algunos núcleos aislados de población indígena.
Tierra Caliente, tiene una topografía accidentada, superficies planas aptas para la agricultura y la ganadería. Por ser la región más seca del estado, la flora es escasa y aunque hay lluvias la humedad desaparece rápidamente, pese a ello esta es la región de mayor producción de ajonjolí en todo el estado ya que este requiere muy poca humedad. A últimas fechas las tierras planas de la región están siendo aprovechadas para la siembra, lo cual habla de una agroexportación en desarrollo en Tierra Caliente. Con respecto a las demás regiones Tierra Caliente ocupa el primer lugar en la explotación ganadera, el ganado de mayor importancia es el bovino, le sigue el porcino, el ovino, el caprino, el equino, las aves de corra y finalmente la cría de abejas.
Con la Montaña terminamos un recorrido que desmitifica y desmiente una visión de un Guerrero falto de contradicciones y problemas. En la Montaña se concentran aproximadamente 300 mil habitantes en su mayoría indígenas, los cuales viven en condiciones de pobreza y marginación social.
Mestizos, nahuas, mixtecos y tlapanecos viven y conviven en la Montaña. La población indígena es mayoritaria en la región, ya que representa un 85% del total.3 Los nahuas son el grupo con mayor número de hablantes, lo siguen los mixtecos y después los tlapanecos.
Esta región forma parte de la Sierra Madre del Sur y la depresión del Balsas, colinda al Norte con Puebla, al Sur con la región de la Costa Chica de Guerrero, al este con Oaxaca y al Oeste con la región central de estado.
Las cimas de la sierra, cubiertas de pinos, contrastan con la aridez de su ladera interior, rocosa empinada y de mala tierra. Al centro, la región se vuelve más escabrosa, menos húmeda y más pobre.
El territorio de la Montaña abarca una superficie de 6,920 km cuadrados la cual ocupa el 10.77% de la superficie total estatal.4 El 72% de terrenos es de laderas fuertes, 17% de terrazas, laderas suaves y cimas, 9% de laderas y lomeríos con pendientes menores de 35% y 1.8% de valles.5
En la región la cuenca del río Tlapaneco es la más importante por su extensión. Sustenta el cultivo de maíz de temporal, también, el sistema de riego de la zona conocida como "La cañada de Huamuxtitlán" (Tlapa, Alpoyeca y Huamuxtitlán)" destinada principalmente a la producción de arroz, maíz y frutas de alcance regional, nacional e incluso para la exportación. La Región está conformada por 17 municipios: Acatepec, Alcozauca, Alpoyeca, Atlamajalcingo del Monte, Atlixtac, Copanatoyac, Cualac, Huamuxtitlán, Malinaltepec, Matlatónoc, Olinalá, Tlacoapa, Tlalixtaquilla, Tlapa de Comonfort, Xalpatlahuac, Xochihuehuetlán y Zapotitlán Tablas.
En esta montaña donde la tierra es sagrada, donde la lluvia es una deidad, donde la naturaleza armoniza con la piel cobriza de hombres y mujeres me´phaa (tlapanecos), tu´un savi" (mixtecos) y nahuas, los procesos de deterioro ambiental se manifiestan y se hacen patentes problemas de deforestación de bosques en la zona templada de Metlatónoc, Malinaltepec, Acatepec, Alcozauca, Zapotitlán Tablas, Atlamajalcingo del Monte y Tlacoapa. Los motivos de tal fenómeno van desde la explotación forestal para su comercialización, los incendios provocados o mal manejados durante las quemas agrícolas y pecuarias, hasta la fuerza que ejerce el pastoreo de ganado caprino y ovino.
Otros fenómenos que contribuyen en el proceso de deterioro ambiental son la erosión del suelo, la ganaderización (esto quiere decir la presión que ejerce el ganado sobre los recursos naturales y su consiguiente deterioro) y la intensificación agrícola. Pero estos fenómenos tienen su razón de ser por: la grave situación de rezago y marginalidad socioeconómica en que viven los pueblos de la Montaña, la poca cobertura asistencial de las dependencias de gobierno (municipal, estatal y federal) para atender las demandas, la elaboración e imposición de paquetes y programas productivos no acordes a las necesidades ni características de los pueblos, la escasa participación y organización comunitaria para el reconocimiento y resolución de sus problemas, y por último, la nula participación de los involucrados para planear programas relacionados con el desarrollo social vinculados con el manejo adecuado de los recursos naturales.6
Por sus condiciones de pobreza extrema la Montaña ha sido transformada en una zona de reserva de mano de obra barata para ser sobreexplotada por la industria de la construcción y por el capital agrocormercial. Los pueblos indígenas y mestizos de la región fundamentan su vida en el trabajo agrícola de temporal, pero como esto no logra satisfacer las necesidades de las familias se ven obligados a emigrar. En este lugar donde, sólo una parte de la población, predominantemente mestiza, tiene acceso a ala educación básica y media, la población indígena se aventura hacia Sinaloa, San Quintín, Nueva York y en fin a otros lugares donde haya más posibilidades de sobrevivencia. Las "tierras sagradas" son blanco fácil de la siembra de enervantes, la madre tierra pierde día a día su dimensión sagrada, mercantilizándose bajo el vaivén de la política gubernamental que aprovecha la necesidad de los hijos de la lluvia.
La región carece de una infraestructura para el desarrollo individual y social, por tanto, no existe inmediatamente la posibilidad de generar empleos que coadyuven en la solución de los graves problemas de extrema pobreza que se generan en la Montaña de Guerrero. Mientras tanto los hombres y mujeres de maíz esperan pacientemente, al pie o en la cima de la Montaña, la llegada de nuevos vientos, que permitan seguir alimentando de vida a la tierra, a la lluvia, al viento, a una cultura milenaria.

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