martes, 24 de febrero de 2009

Balcón

Francisco S. González

UN GRUPO de priistas de la región de La Montaña sigue causando asombro entre los suyos, con su petición de conversar con el senador Ángel Aguirre Rivero y el Comité Directivo Estatal del tricolor en torno a su candidato Sofío Ramírez Hernández.
El planteamiento es simple: Sofío carece de credibilidad porque es un consumado mitómano, en cristiano es identificado como mitotero, lenguaraz, en fin, y pierde la contienda hasta con el Panal.
En previsión de que la charla se programe con carácter de jamás nunca, los susodichos priistas optaron por litigar a través de una encuesta que recoja el sentir ciudadano sobre el candidato lujo priista, previo charolazo.
Ese fue el acuerdo.

EXCELENTE anfitriona es y seguirá siendo sin duda alguna la alcaldesa perredista Soledad Romero Espinal.
En los próximos días el gobernador ZTG le solicitará su autorización para que en la plaza cívica de Huamuxtitlán se lleve a cabo el primer informe regional correspondiente al cuarto informe de labores.
Habrá que resaltar que la sencillez e inteligencia de la profesora Soledad abona el ejercicio institucional.

YA SE supo que el PRD de Jesús Ortega pagará con cinco candidaturas a José Narro, ahora cabeza de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, por sacar a sus seguidores del PT. En los próximos 10 días se darán a conocer los nombres de los afortunados; entre ellos, obviamente, está el propio señor Narro. (Bajo reserva. El Universal)

EL MÉDICO Tovar –Raúl parece nombrarse-, embruteció con la presidencia municipal de Iguala a cuestas, cuyo peso lleva en la lengua.
En la viperina porque tan solemne personaje tuvo la gracejada de revelar en conferencia de prensa, su descubrimiento de América:
“El 99 por ciento de los igualtecos son delincuentes”.
Y él, como honroso uno por ciento, su conspicuo presidente. Jefe de los malandrines, pues.
Claridad de pensamientos que en derroche le permitió desempeñarse como congresista de reparto de anteojos y estuches, financiados por su club de Leones.
¡Ah! Que don Raúl, tan, tan simpático.

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