miércoles, 28 de julio de 2010

Compañera inseparable

Gustavo Salazar A

Al instante se me trepó
la compañera inseparable,
la inherente, la muerte,
desde que navegué
en el vientre.

Como si mi piel,
es respiración,
es sudor, amor, lodo,
todo más allá
de carne y huesos,
mi grillete, venerado temor,
cazadora y presa,
uno en el otro
aunque iluso yo
de su presencia lejana,
acechas silente tu carnada,
siempre más cercana,
sin olerte.

Cuando te marches, muerte,
no sé si de mala gana
pero contigo iré;
de buen talante sea,
como reencuentro
con un viejo amigo,
con un abrazo de polvo
esparcirnos en otras lides
en nuevos lodos.

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