jueves, 5 de marzo de 2009

Balcón

Francisco S. González

DESMINTIÓ José Luis Peralta Lobato que vaya a la presidencia del PRI estatal, en pago por retirar su sombra del proceso de elección del candidato a diputado federal por el distrito que supuestamente es propiedad de Mario Moreno Arcos.
Esbozó, en cambio, una sonrisa más larga que el encauzamiento del Huacapa durante la plática con sus cuates, sin afirmar ni negar, mera sonrisa de futuro gratificante:
Suceder dentro de tres años a Héctor (Astudillo), sería una posibilidad, grande y buena.
Por lo pronto es el delegado en el distrito séptimo, comprometido a dormir sin cerrar los ojos con tal de regresar al ex alcalde Moreno Arcos al Congreso federal.

CON LA designación de Esteban Albarrán como candidato del PRI a la legislatura por el distrito de Iguala, ganan los electores pobres porque habrá más de cinco dispuestos a cobrar hibernando en San Lázaro.
Ese bonche de aspirantes, conformado por todos los partidos en garra por “representar” ese territorio, arrojará plásticos y náilones sin cuartel, a manera de propuesta estelar de cambio social en beneficio de los paisanos.
Lástima que prevalezca la impunidad por arrojar tanta miseria política, visual y humana.

A PROPÓSITO de “compañeros de partido” en desencuentro óseo, el ex coordinador del la fracción del tricolor, Abraham Ponce Guadarrama, sugiere plantear dos preguntas a Carlos Reyes Torres, ex jefe de la Comisión de Gobierno anterior.
Qué diputado del PRI realizó como su primera gestión el incremento del convenio por servicios periodísticos y, la otra: quién presionó a Reyes Torres para cubrir la factura de noviembre de ese 2008 a finales de octubre, en previsión de escasez de recursos para ese ramo.

EL SÉQUITO de famoso congresista del sol azteca corre riesgo. Uno de ellos puede ser embargado.
El desidioso de su jefe es el causante al desatar el enfado de unos señores poderosos.
Es la historia:
Muy orondo llegó el diputado con su enorme cola de asesores, asistentes y médicos de cabecera a un restaurante aledaño al Congreso, hace poco más de dos meses.
Firmó la jugosa cuenta después de varios litros de güisqui y kilos de carne de res, y es la fecha que no cubre ese importe, cercano a los doce mil pesos.
El dueño tronó y amenaza cobrarse a la chino.
¿Cómo?
Le voy a embargar a uno de sus borrachos en prenda, como exhibición pública de gorrones y prepotentes, amenazó.

COMO niños de primaria en lunes de homenaje a la Bandera anda un grupo de paisanos de la Costa Chica. Se supone que la noche de ayer los recibiría el senador Ángel Aguirre Rivero.
Ellos comprometen su tiempo y conocimiento a la campaña del joven Aguirre Herrera rumbo al Congreso.
El senador ya les dio calor.
Su homólogo perredista David Jiménez Rumbo está que trina, porque ese grupo se le salió de control y voló a otros cielos.

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