lunes, 18 de julio de 2011

Hambre vieja

Gustavo Salazar A

Mis besos navegan con hambre vieja
en el caudal de tu agua brava,
a los años anima el incesante torrente,
luz al desgano de mis ojos, clemente.

Aquellas noches sin lumbre,
sin fuego que avive la vista,
del socarrón frío que la sangre roba,
lejos de mi vida muere esa sombra.

Mis manos devoran tu frondoso altiplano,
las quema tu tersa brasa, vibran,
el suspiro cae modorro,
arrulla los crujidos del lazo la lluvia.

Canta el amor y muerde y el tiempo retiene
la dulce locura de navegar
en la cálida trampa de tu océano,
agua a mi viaje, sed de ti sin descanso.

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