domingo, 17 de julio de 2011

Vano esfuerzo

Gustavo Salazar A

Interminable tiniebla
de sueños rotos, espesa;
la danza, desenfreno de jaurías,
con velas de sangre ilumina
la noche larga, sin cielo;
el ansia vaga, busca, arrastra,
adora dioses, avasalla el oro,
que el viento esparce, cual
castillo en arena en lodo queda,
en humo de hojarasca, sin fuego.

En lo bajo se desvanece,
en el suelo yace el delirio
de edificar en los jardines del cielo;
sigue al sueño la pesadilla,
el prurito de los brillos
que al alma entorpece,
como Nerón, incendia la casa;
confía en resurgir de las cenizas
con mando más allá del universo,
al polvo retorna su vano esfuerzo.

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