martes, 15 de noviembre de 2011

Recolectora de rencores

Gustavo Salazar A

Con voz de cuartel
y de caporal los modos,
como viejos trapos
a pobres y empleados
de la licenciada el trato,
con ínfulas de oro, cobre es,
gruñe y araña
y en muchos es rabia,
de ella seguro el mañana
como recolectora de rencores.

Justo cuando más se contonea
por sus muchas osadías
en la cartera de inertes
por insultos y blasfemias,
la apachurra su mala suerte;
la llama la fresca mañana,
la regaña suave aunque fuerte,
pero un privilegio le concede:
de hinojos y sin mechas en la cara,
brinde a todas horas por mi señora.

Tal como ante ella
los pobres y viejitos,
la altiva se retuerce
como langosta en la olla
con sorbos a poquito
de su ardiente sopa,
un trago muy amargo
al ladino y ampuloso cargo:
la cerviz dobla, la mano lame
pero luego busca abajo desquite.

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