martes, 8 de noviembre de 2011

Retumba la algarabía en el silencio

Gustavo Salazar A


Retumba la algarabía en el silencio,
desarticuladas caen al abismo
sin sonido ni ritmo las palabras,
como cuchillo es el bullicio,
de sordos y mudos la charla;
todo se ignora porque se sufre
de la rabia que paraliza el habla,
de los faros de duelo fiero
y del barro mengua paulatina,
de tumba inevitable letrina.

La tiniebla funde la noche con el día,
densa como mortaja
que lo desvalija de su alegría;
entre sombras la ciudad se desliza,
agoniza en la desesperanza
el cuento de sesos trizas;
carcajadas de colmillos acedos,
el aire desvanece con su aliento,
de manos ajenas la fatiga,
de burlas el estruendoso canto.

Hasta las piedras sudan frío al oír
de hambre los gruñidos del faldero,
el estómago vacío entre más repleto
insaciable de lodo y de lumbre
escupe ciego la hiel que lo ensalza,
sentado al trono en fuego
en vano espera de su sed calma;
espera que le arranca la piel
y lo adorna con perlas, oros y sedas,
de majestuosos gusanos el taco.

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