domingo, 15 de julio de 2012

El rencor

Gustavo Salazar A


En cada palabra que del pecho me estalla
en mi cuerpo es veneno
si no llora sangre aquel,
no sé quién es, ni importa,
si en perturbar de otros la paz
profesional soy;
la ahuyento, fantasma en la casa.
Contra todos todos, como riña en burdel.


El vals de los filos, siempre puntual,
de fiesta su brillo, al semejante el mal,
también soy presa de mis colmillos:
atraganto con mi rauda boca,
el rencor las palabras hiere, y las devora,
mis manos, nudos de roca
y el viaje en las venas, postre mortal.

En desvencijado camastro y con el dolor
de aguijones en el camino,
el orgullo se desmorona;
tampoco importa si a un paso de la fosa,
igual que una tarde, sin noche y sin sol,
solamente larga y sola, nada me levanta.
Sólo el reencuentro con el Señor,
Él es mi esperanza, mi salvación su amor.

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