domingo, 1 de julio de 2012

La maldad se pasea como el viento

Gustavo Salazar A


Con un soplo creas el universo, Padre.
Es la derrama de tu amor
al darle vida a los corazones
y la Tierra al hombre,
agradable a tus ojos sea
el disfrute de esos dones.

En alabanza y gloria a ti,
de tus siervos la deshonra;
en la custodia de los semejantes,
diez atrás y uno adelante los pasos,
y a la Creación de tu obra
treinta monedas en daño incesante.
Sucias las aguas, de humos los aires,
árida la tierra y a bosques la muerte,
y en casas y ciudades el llanto no calla.
La maldad se pasea como el viento;
la corrupción reina sana y fuerte.

Ser infiel a Dios es pan de cada rato,
y vana la ilusión de negar su presencia
en palacios y de frío y hambre el cuarto.
Sus manos abrasan la desobediencia,
a veces tarde, pero nunca acaso.

Egoísmo, ambición y arrogancia
tras la rapiña ufanas andan
como pase a trono inmortal.
Con heces y sangre, reyes y dioses
edifican su imperio de metal
con sacrificios y cantos a Caco.
Abotagada de tropelías y oropel,
la inmundicia se escurre
como tinta en el papel
y se presume como diaria hazaña.



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