miércoles, 25 de julio de 2012

Triste Alegría

Gustavo Salazar A

La casa está triste,
su alma desierta
y con hambre;
así haya voces, así haya risas,
en cualquier rincón
de sí misma el fastidio.
Su monotonía se escurre
como de una cara
sin gestos, sin gustos,
igual que de los años los días
en un corazón vacío,

de lágrimas sin rictus.
La abruma, la entume el frío.

En lo sombrío del jardín
adormilada ve qué pasa,
si ya acaba el festín
de obesos y de esos sordos
en su interminable lucha
contra el sueño eterno.
Por lo pronto,
añicos el espejo,
siempre claridoso,
libre en su reflejo.
Porque de esos cadáveres
de millones en las venas,
la alegría es triste,
infinitamente huraña,
sin sombra, pálida siquiera,
pero tampoco sin mañana.


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