miércoles, 19 de marzo de 2008

Balcón

Francisco S. González

AYER fue conmemorado el aniversario luctuoso del ex gobernador, Rubén Figueroa Figueroa, en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.
Como año tras año, a ese acto luctuoso asistieron Héctor Vicario Castrejón, Fermín Alvarado Arroyo, Abraham Ponce Guadarrama, Flor Añorve, quienes acompañaron a su amigo el también ex gobernador, Rubén Figueroa Alcocer.
Otros de los buenos amigos de la referida familia faltaron, unos por falta de dinero para el traslado al DF, y otros por los aguijonazos de algunas enfermedades.

EN cambio, en el festejo celebrado por el legislador, Abraham Ponce Guadarrama, en Taxco, con motivo de un año más de vida, se dejó caer una bolita selecta de gorrones, que aunque sea en muletas o en mula llegaron a los mixiotes y margaritas.
Por respeto a la impudicia nos reservamos nombres y gracias de los glotones; en tanto que el ex diputado federal, Álvaro Burgos, se limitó a enviar sus parabienes –una tarjeta- excusando su ausencia, porque justamente a esa hora presidiría una reunión con un millón de plateros que lo proclaman dios y candidato a la presidencia municipal.

POR más afecto y respaldo que reciba del senador, Ángel Aguirre Rivero, el ex alcalde de Iguala, Juan Muñoz Caballero, no llegará ni de visita al Congreso local.
Eso advierte el poderoso ex senador Vicario, que para nada traga a su “amigo político”, Juan Muñoz; sin embargo, el ex candidato a diputado federal por Chilapa asistirá al mini homenaje que la Fundación Colosio rendirá al malogrado candidato a la presidencia de la República, el próximo domingo.
Y asistirá no por su fidelidad a Colosio, es para acarrear a un bonche de sus cuates a la pachanga que se llevará a cabo en Agua Zarca, su rancho ubicado en Huiztuco, para festejar mil años de vida, porque los dinitos casi son eternos.
Algo habrá que reconocerle al también ex secretario de Finanzas: su gran sentido del humor involuntario. Como impulsar el regreso de Alfredo Salgado Gutiérrez al ayuntamiento de Arcelia.
Alcalde de Arcelia tutelado por el PRI a finales del siglo pasado, Salgado emigró al PRD. En ese partido lo usaron y luego lo arrinconaron, pero ahora el samaritano Vicario pretende como a Lázaro revivirlo e incorporarlo a sus filas. Si el abogado Vicario cree en los milagros, correcto.

MIENTRAS el PRI y el PRD se destrozan en sus diferencias por el reparto del botín, el Partido Nueva Alianza, liderado por José Calixto Díaz, está dedicado a tejer alianzas, a captar simpatizantes, a crecer.
En la región de La Montaña, por ejemplo, nada raro sería que gane en Cualac, Tlapa, Huamuxtitlán; en Chilapa y Chilpancingo discretamente incrementa su presencia, y no se diga en Xochistlahuaca, municipio de Costa Chica donde encabeza la alianza: Todos contra Aceadeth.
Esa labor diaria y eficaz, multiplicadora, bien puede colocar en octubre próximo a Nueva Alianza en el segundo lugar en las preferencias ciudadanas en la entidad, para sobresalto de Convergencia, del tricolor y del sol azteca.

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