Gustavo Salazar A
Arropado con palomas y amor,
una noche que el camino ilumina
como nueva vida la estrella,
lejos de la casa paterna
en humilde cuna naciste;
honra y gloria del Resplandor.
Tu grandiosa sencillez no es de otra
sino de poderoso príncipe de paz;
con tu mano siembras dichas
y con la mirada irradias calma y sanas;
pan de almas ávidas de libertad.
De prodigios tu reposado paso,
mas espinas siempre en vano pinchan
tu gloria, Dios del protagonismo;
en el sacrificio el primero eres,
y en los pecados de todos, el perdón.
La Cruz tornas en derroche de amor
en un mundo que su salvación escupe,
deslumbrado por esos que pretenden
asaltar al mismo Dios del cielo,
con la imagen de Jesús en una mano
y en la otra el botín del averno.
martes, 26 de abril de 2011
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