Fidel Flores P.
Sofío corre y corre, y recorre
con el pantalón en la cadera
y de orejera el celular
todo el Congreso sin parar.
Nunca de la iniciativa o el debate
se ocupa su torrente de energía,
¿degradar el seso o el deleite
del parloteo en naderías?
El silencio del teléfono le aterra;
si calla desmaya el congresista.
Su chacoloteo con palabras flacas
y locas marea, es su sopa.
Su estancia en el recinto humo es
y carencia de ideas denota,
no obstante mucha lana a sus pies
tirada como en bancarrota.
En la Comisión de Palabrería
Sofío excelso se desempeñaría,
aunque mejor en el conmutador
graduase de mandadero: ¡Sí señor!
Este punto de acuerdo enfada
a La Tilica y cavilar la obliga.
Si levanto a este cuate gano nada.
¡Que regrese el erario!, como una…
martes, 9 de octubre de 2007
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