jueves, 28 de febrero de 2008

Balcón

Francisco S. González

COMO la Biblia o El Capital en los años del Partido Comunista Mexicano, para nuestros aspirantes a cargos de representación popular las encuestas tienen la palabra última para los partidos en la determinación de los candidatos.
Al igual que ambos textos de fe, las encuestas también tienen sus herejes, cuando éstos consideran que la salvación política y económica pertenece al mundo de rompe y rasga, y jamás en la obediencia a ciegas a tales instrumentos, que reduce a los políticos a simple producto de mercado.
En estas últimas anda una tercia de los reprobados por los votantes en las encuestas, que ya no creé ni en San Juditas, benefactor de casos difíciles y desesperados.
Porque no es posible –se asombra uno de esos chismosos que sin ser invitados nunca faltan en la fiesta-, que Astudillo haya tenido 31 puntos de aceptación, mientras Bertín y Betancourt rumien con un ocho, en tanto el legislador Humberto Calvo aparezca con casi un panzazo, un sietote, pero eso sí, de excelente humor.
También sostuvo que el ex secretario de Desarrollo Social, Heriberto Huicochea, conminó a los congresistas a formar un bloque contra el ex senador Astudillo, su ex jefe ayer. Nadie le tomó la palabra.
Pero eso sí, los tres apelarán que esa incredulidad sea dirimida en contienda interna, tan temida por todos e invocada por los desfavorecidos, para que el PRI Chilpancingo no termine en el precipicio justo cuando alardean de que la plaza es tricolor, en un acto mas de fe que se trabajo partidista.
Porque Bertín Cabañas confió a uno de los suyos, en un arrebato de pasión política, que “descarrilará el tren” si no lo coronan como el sucesor en el ayuntamiento, razonando como en los años de la unanimidad, cuando el PRI ni a su propia sombra tenía de contendiente real.
Por eso la pregunta de sobre quién será el valiente que funja como árbitro en esa batalla. Mario Moreno Arcos en su calidad de interesado en heredar a uno de su partido, es el invocado por su fuerza política para ese propósito.
Pero aún es de madrugada para el gélido baño que ubicará a todos los aspirantes al sacrificio, a la triste realidad.

MIENTRAS tanto, el diputado Fermín pasea su encuesta como si se tratara de imagen divina con la cual espantará al chamuco, a su aguerrido contendiente Manuel Añorve Baños, en la gresca por el ayuntamiento de Acapulco.
Ambos saben que en las circunstancias actuales el priismo ganará un puñadito de regidurías; pero ellos no van por esos bombones.
El enfrentamiento que desde ayer baten Fermín y Añorve es para medir fuerzas para el siguiente año, ya que el triunfador reclamará una candidatura plurinominal al Congreso federal en el 2009, en aras de su arrolladora popularidad, digo.
Porque baste recordar que don Rubén Figueroa -el Santo de la devoción del diputado local- con más fervor apoya al perredista César Flores Maldonado, entre los más fieles del ex gobernador originario de la zona Norte, en la lucha por la presidencia municipal.

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