miércoles, 10 de febrero de 2010

Mi casa

Gustavo Salazar A

Mi casa está llena
de agua y viento y miedo,
cristal que desmorona
por sombras que invaden
y arrasan como fuego,
en silencio el estruendo.

Furioso caudal que evoca
en cruel ataque de gotas
nuestra carne de barro,
la fragilidad de la vida,
en un instante la muerte
como la noche al día,
con otro ropaje y cantos
en inexorable ida.

De un sismo de mucho ritmo
nos alertan, es de la madre
Tierra el enfado
en la lucha de placas,
de Cocos de océanos;
Haití será un vals del rock
cuando menos de ocho grados
y no deseamos sus regaños.

A Dios le pido proteja mi casa,
la casa nuestra de todos;
es mi pueblo con su vasta miseria
y la riqueza grosera, con gatos
mimados y limosnas de centavos;
si a ricos y pobres
iguala la muerte
de gusanos los cuerpos
son delicia de banquete.

Y si llega ese día de jaleo
afloren no la miseria humana,
sino la gente llana,
corazones de rosas
y manos solidarias
más que en las buenas,
siempre en las malas.

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