lunes, 29 de marzo de 2010

El temor de satán

Gustavo Salazar A.

Si rapado hasta las uñas
de los pies y con oferta
de pollo la olla rebosante,
es Salinas que en el infierno
grilla y despoja a Satán
de su cálido averno
y presto a favorecer los cuates,
de bienes mundiales ebrios,
privatiza sin importarle que las
exuberantes flamas en añicos,
sean chispas de saltapericos.

Rey Midas a la mexican curious,
Salinas esfuma el oro en un tris
y buitres rápido cría
con el señuelo de encaramarnos
en hombros de la fantasía,
sin hambre y modernos;
pero con sus humos de Mesías
nos receta más atraso y pobreza
el dueño de huéspedes de revista
de egolatría –Forbes-, de filibusteros
que engullen como garrapatas
mares de intensos sudores.

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