viernes, 19 de noviembre de 2010

En tus setenta años

Gustavo Salazar A

En tus setenta años,
Carlos hermano,
yo bien te recuerdo
como colores y canto,
de cristales y canto,
de madera y agua
y canto,
fiesta en tu corazón
de sonrisa que vuela
cual paloma que proclama
al trabajo como el gran
deber del amor.

Largo es tu camino,
tenaz tu andar
por ríos de vidrio
infestados de heridas,
de sangre y sudor las huellas
no son de olvido, aplastan
risueñas delirios de pedestal.

Eres manos de Arcadia
y de Florencio abuelo,
el devoto de la Cruz
y el hacedor de estuches de duelo,
el de mirada de miel
y en la boca el “sea por Dios”,
de ese gran jefe que atesoró
en las cuentas del rosario
sus plegarias al Señor
y que de la solidaridad
fue lujo de amor.

Carlos, una estrella más
de los millones de ellas
que sostienen el cielo
con alas de acero
y perpetuo canto;
del sudor que labra corazones,
de esa estirpe, caudal eres.

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