A Dios encomendarnos
Fidel Rosales P.
Ante carnicería
galopante,
a Santa María
encomendarnos
en prudente.
Espiritualmente
blindarnos,
no hay de otra,
no se cobra
como auto a influyente.
Murueta miedo
tiene, revela
ante la prensa;
y sin ofensa,
que recurra
mejor al Rosario.
Impunemente,
a diario,
le matan
sus agentes.
lunes, 30 de abril de 2007
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