miércoles, 14 de mayo de 2008

Balcón

Francisco S. González

MIENTRAS el comité estatal del PRI afina un complot contra su congresista Sergio Dolores Flores, aspirante al gobierno local de Chilapa, éste replica fuerte, no se duerme en sus laureles y menos se arrulla con el canto de las sirenas.
Dolores Flores está enterado de la maniobra, el trabajo sucio en servicio de uno de los llamados dueños del partido que hará el dirigente Marco Leyva Mena.
Ex desde alcaldesa hasta senadora, Verónica Muñoz Parra es la favorita de una elite priista para el tricolor en la contienda constitucional, obvio, botando a Dolores Flores de esa representación popular que teje de manera cotidiana desde hace un lustro.
Sobres esa trama era la conversación que inició el legislador residente en Chilapa con Leyva Mena. Estoy enterado Marco Antonio de tu complot, espetó.
Voy en carretera, se corta la comunicación, respingó el "líder", y la señal se perdió.
Mientras son peras o son manzanas, Dolores Flores se reunió ayer con su ex compañero de la secundaria. Largo parló con Eugenio Ramírez Castro, aspirante del PRD a la presidencia.
Pero también el sábado anterior se reunió con siete dirigentes de Nueva Izquierda, corriente del sol azteca encabezada por el aún líder del PRD en la entidad, Sebastián de la Rosa. La conversación fue en la colonia Colosio.
La negociación versó sobre apoyos y reciprocidades.
Además, Dolores Flores amarró una alianza con Antorcha Campesina, porque –dice- de granito en granito se llena el buche, pero también se derrama la bilis, y advierte:
Si el partido me juega chueco, se pierde Chilapa.
Riesgo que también late fuerte en Chilpancingo, en el municipio y en sus dos distritos, por la impudicia del directivo priista, por su cinismo que raya en la venta de candidaturas y la indolencia facturada al ex segundo de palacio de gobierno, para favorecer al PRD en Chilpancingo. O qué razón explica el profundo dolor que causó en ese priista la renuncia de Chavarría.
Ni Noé, ni en el harem sufren tanto como el priista la partida de Chavarría.
Porque en ocasiones también el amor con dolor se paga.

EN EL ESCRITORIO del delegado especial del PRI nacional están los expedientes de los aspirantes a la presidencia de Chilpancingo.
Empezó con el de Antonio Gaspar la lectura. Joven con buenos antecedentes y preparación profesional, pero que dispara al ayuntamiento para provocar el rebote en la sindicatura, una regiduría o en la administración municipal.
Siguió con Reyes Betancourt Linares.
Una sindicatura, relevista en la presidencia municipal, legislador local y médico de prestigio nacional. Excelente.
No obstante, en el fajo de notas, con plumón amarillo resaltan unos párrafos:
Reyes Betancourt busca a dignatarios perredista para ofrecerse como candidato a la presidencia municipal. La petición no cuajó.
Reyes Betancourt pide al dirigente del Panal, José Calixto Díaz, ser anotado como candidato a la presidencia municipal y como número uno en la lista de candidatos plurinominales al Congreso. Le dan las gracias al médico, es todo.
Entonces se acuerda que tiene partido en el PRI y exige participación.
Hogar dulce hogar.

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