Balcón

Francisco S. González

EN UN hecho que el ex diputado y senador suplente Rubén Figueroa Smutny ocupará la titularidad de esa representación en breve.
El dueño de esa cartera solicitará licencia al cargo a partir del próximo lunes, para contender por la gubernatura de Nuevo León.
Ya con esa responsabilidad en la mano el joven Figueroa querrá al secretario Armando Chavarría como adversario en la reyerta por gobernar el estado.
Oportunidad y privilegio que también anhelarán los hombres fuertes de Ometepec radicados en Acapulco: Manuel Añorve Baños -cuaderno de doble raya de Manlio Fabio Beltrones, el priista más influyentes en el gobierno federal- y Ángel Aguirre Rivero, promotor desde el Senado de la candidatura de Enrique Peña Nieto a la presidencia de la República.
En tanto René Juárez Cisneros se limita a observar los toros desde la barrera, divertido y con menos riesgos de ser aporreado en esa arena.

EL DIPUTADO Ramiro Solorio lucía ayer preocupado, realmente muy preocupado porque el fantasma del desafuero ronda esas carnes, las acosa.
Si sus temores, sus pesadillas miran con frecuencia hacia la fría banca, Solorio no tendrá otro remedio más que acudir a su protector de toda la vida, no a Beto López Rosas, sino al mero jefe Rubén Figueroa Alcocer.
Al menos en solicitud de asilo, como en los tiempos estudiantiles en la Ciudad de México.
Esa causa, ese sello distintivo explicará que los priistas identifiquen a Fermín y Solorio como almas gemelas, diputados en alianzas y querellas por la presidencia de Acapulco, lejos de sus vidas, cerca de sus penas.

POR CIERTO en Angus, después de varias botellas de vino blanco -no mezcal de cincuenta pesos la cisterna-, el ex gobernador Figueroa Alcocer sostuvo una larga conversación con el dueño de Convergencia Democrática en el país, Dante Delgado.
La presidencia de Acapulco y Walton Aburto fue el tema debatido en ese restaurante de lujo.
Rubén, quiero todo tu apoyo para Walton en Acapulco, rogó el ex priista.
Mira mano, mejor te consigo una entrevista con Fidel –Herrera- para que te facilite el regreso al gobierno de Veracruz. Te conviene más, argumentó el guerrerense.
Hecho, festinó Dante.
Y no porque don Rubén se interese que Dante se embolse otros cientos de millones de pesos en el gobierno. Jamás. Abrirle las puertas de Palacio de Acapulco a Walton, ni chiflado, sería ubicarlo en la antesala del gobierno de Guerrero.
Y ese cargo debe ser para el cachorro de la revolución del sur, balbulceó el jefe del priismo en la región Norte de Guerrero.

AGUIRRE Rivero, Manuel Añorve, Rubén Figueroa Smutny y Armando Chavarría todos entre sí por la gubernatura, reduciría la contienda a dos grupos priistas enfrentados desde hace una década:
Ometepec versus Huitzuco.
Es un decir.

LOS QUE gustan de las geometrías políticas aseguran que el próximo será sexenio de los Figueroa.
Explican:
En 1981 deja Rubén Figueroa Figueroa el gobierno y pasan los sexenio de don Alejandro Cervantes Delgado y don José Francisco Ruiz Massieu, doce años después regresa uno de la dinastía de la región Norte, Rubén Figueroa Alcocer.
Aguas Blancas interrumpe esa administración y al relevo entra Ángel Aguirre Rivera y entrega el poder a Juárez Cisneros y éste a Torreblanca Galindo. Después de doce años otro Figueroa gobernará, afirma el grupo Nostradamus de la Montaña.
¿Se repetirá la historia con Figueroa Smutny o con Héctor Vicario? –Porque ambos son hijos del célebre Tigre de Huitzuco, aunque uno piel, y camisa el otro, así sea de seda, mono…Porque el ex senador intenta un movimiento audaz. Pretende ser profeta en su tierra al contender por la presidencia de Huitzuco y desde ahí tomar por asalto Casa Guerrero, el cielo, sin estrellarse.

EN LA PUJA por la candidatura del distrito 15 –Chilpancingo michas y Zumpango-, Jorge Salgado Parra tiene un panorama desahogado para ganar la candidatura priista.
Doctorado en Derecho, con ideas frescas sobre el servicio público y dirigente del Movimiento Juvenil Revolucionario Guerrerense, prendas con las cuales demolerá a sus adversarios internos, esos personajes simuladores, que como florecitas frescas, caen pronto, no perduran en las querencias sociales.