Balcón

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Francisco S. González

PORTAZO recibieron los panistas en el Congreso de parte de los dirigentes de las fracciones del PRD y PRI.
Todo pedían los panistas, sabedores que su voto inclinaba el triunfo en la batalla por la presidencia de la Comisión de Gobierno.
Como chamacos a Santos Reyes deseaban las direcciones de Administración, Prensa y la Oficialía Mayor y presidir tres comisiones, además de chicles, caramelos y chocolates.
Quién da más, gritaban en el mercado legislativo al PRI y PRD.
Frente a lo descomunal de esa pretensión, los posibles clientes les sorprendieron con una negociación:
Dividir en dos partes el mandato de la presidencia de Gobierno. En el primer período Chavarría y Vicario en el cierre de gestión legislativa.
Y para el PAN qué.
Un paquete de Gamesa, no más.

TODO indica que la presidencia de la Comisión de Asuntos Indígenas será para el petista Víctor Wences Real, economista originario de Tlapa.
Porque también la pretende el perredista Rutilio Viterbo, pero ya le sacan al sol los trapitos de las cuentas pendientes con la Auditoría General de Estado, entre otras linduras cometidas a su paso por la alcaldía de Metlatónoc.
Para el legislador priista oriundo de Arcelia, Ernesto González se menciona la presidencia de la Comisión de Desarrollo Rural.
Conoce la problemática del agro en Tierra Caliente, además de la ascendencia que tiene en la región y de las relaciones en la entidad y en el Distrito Federal para hacer florecer proyectos para esa zona.

YADÍN Villavicencio dice que no se le dé por muerto en la contienda federal del año próximo.
Voy a ser el candidato y luego diputado por la región de La Montaña, argumenta el asesor del presidente de la fracción priista en el Congreso, Héctor Vicario.

DOS priistas prenden lumbre a su llegada al Congreso.
Ambos, jóvenes, casi en pañales, uno en petate.
Antes que sus cualidades legislativas, los noveles congresistas ya estrenan novias. Y pronto automóvil de lujo del año.
Qué envidia.

SERÁ verdad que Marco Antonio de la Mora solicitará licencia para separarse de la diputación.
Su compromiso con su partido, el Verde Ecologista, lo retachará a una de las secretarías del Comité Ejecutivo Nacional, en el DF.
Como quiera que sea, para él da lo mismo enviar mensajes celulares desde el Congreso que desde su oficina chilanga.