domingo, 30 de noviembre de 2008

Balcón

Francisco S. González

CON los más de treinta millones de pesos que el PRI estatal recaudó por cobros diversos a los contendientes internos, ¿qué hizo Marco Antonio Leyva? ¿Dónde está ese bonche enorme de dinero?, preguntan los ex diputados Noé Ramos y Humberto Calvo en una charla de café con reporteros de Chilpancingo.
Y con esa demanda de cuentas claras cuestionarán al dirigente priista en la próxima sesión de Consejo Político Estatal, para que se le quite andar de flojiboco o boquiflojo.
Pero nada pasará.
Menos si se trata de grillos VIP, porque en política azteca se perdona toda clase de bribonadas. Aunque las deslealtades a veces las castigan con alambre de púas en desnudo lomo.

EL ex diputado Bertín Cabañas asumió el interinato de la liderada en la CNC estatal, tal como se afirmaba desde hace un mes en esa central, o lo que de ella surca en pena.
Atrás sepultado quedan varios priistas VIP, como el ex congresista Humberto Calvo Memije y Sofío Ramírez Hernández, quien no obstante porta el as de la candidatura por el distrito 05 en Tlapa.
Y parece difícil que se le caiga de la manga.

ES BIEN sabido en el mundo de la política que a los legisladores les gusta el buen comer, los manjares y los buenos vinos. Y para rendir honor a este gusto refinado, en el Senado ya se aprobó para 2009 un presupuesto de cerca de 900 mil pesos para adquirir carne de res, cerdo, aves y desde luego productos del mar.
Todo para satisfacer il buon mangiare de nuestros senadores que este año trabajaron arduamente. Sólo para mariscos destinarán 250 mil pesos. Y para que no les agarren las prisas, ya se lanzó una licitación pública nacional para comprar la comida de nuestros legisladores para el próximo año.
¡Ah!, falta saber cuánto se erogará para los buenos vinillos y otras bebidas que de manera regular consumen los legisladores. Por cierto, el whisky Macallan, nos comentan, está entre los favoritos. (Bajo reserva. El Universal)

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