viernes, 21 de noviembre de 2008

Balcón

Balcón
Francisco S. González

LAS congojas que pasó Vicario en la sesión que concluyó la madrugada del viernes pueden llegar al infarto si los priistas siguen ateridos frente a tribuna.
El líder de la fracción priista empezó a sudar jugos gástricos cuando vio que tres perredistas hacían suya la tribuna.
Evodio Velásquez, Napoleón Astudillo junior y Sebastián de la Rosa, para decir aquí estoy.
Y por si faltaran penas al tricolor, pasó Calixto, con todo su tonelaje, buen tono de voz y lenguaje corporal y conocimiento del tema, aunque con el pesar de haber sido desplazado de la presidencia de la Comisión de Educación.
Vicario recurrió a Silvia Romero y Ricardo Moreno, pero ambos rechazaron la orden del jefe. Qué vamos a decir por Dios, fue el excusa.
Vicario entonces salió a su propio quite y subió aleccionador y apesadumbrado.
¿A quién tiene para el debate?
Doña Guadalupe Gómez y tal vez Marco Antonio Leyva.
Aunque debiera aprovechar el conocimiento y experiencia de Javier Morales y Ernesto González.
Es cierto que tiene al doctor en Derecho Jorge Salgado, pero ya lo desafía a debatir el ex diputado federal perredista Evodio, dueño de títulos de posgrado en universidades públicas. Y diestro en el debate.
Todo es cuestión de tiempo para el encontronazo.
Hay que cruzar las apuestas.

HABLANDO de pesares, la presidencia de la Comisión de Presupuesto no fue para el PRI.
Se asignó de manera natural al ex secretario de Finanzas Carlos Álvarez.
Acaso la legislatura cuenta con otro diputado con los talentos que requiere esa responsabilidad.
Ni con lupa se localiza.

MÁS que contentos están los diputados, a siete días de estreno y 38 de concluir 2008.
De otra manera no podría ser ese estado de humor.
Ya con 250 mil pesos de aguinaldo en la bolsa y doscientos mil más por caer en la buchaca para ayuda de compra de auto.
Y 68 mil al mes de dieta, más 225 mil de gastos de gestoría en sonantes tostones mensuales, esto último según el ex coordinador de los priistas en el Congreso y fuerte candidato a legislador federal, Abraham Ponce.
Así ni quien demude el semblante.

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